www.elmundofinanciero.com

CARTA DEL PRESIDENTE

Hospital Muñoz Cariñanos: memoria, dignidad y justicia

Antonio Muñoz Cariñanos (Madrid, 2 de julio de 1942-Sevilla, 16 de octubre de 2000), fue un médico otorrinolaringólogo, coronel del Ejército del Aire. Fue director de la Policlínica del Mando Aéreo del Estrecho y jefe del Departamento de Otorrinolaringología, en la Clínica Sagrado Corazón de Sevilla. Fue asesinado por ETA en su propia consulta.
Ampliar
Antonio Muñoz Cariñanos (Madrid, 2 de julio de 1942-Sevilla, 16 de octubre de 2000), fue un médico otorrinolaringólogo, coronel del Ejército del Aire. Fue director de la Policlínica del Mando Aéreo del Estrecho y jefe del Departamento de Otorrinolaringología, en la Clínica Sagrado Corazón de Sevilla. Fue asesinado por ETA en su propia consulta.

· Por Alfonso Merlos, Presidente del Grupo "El Mundo Financiero"

domingo 26 de marzo de 2023, 09:34h
Muñoz Cariñanos ha sido el nombre finalmente elegido para rebautizar al Hospital Militar de Sevilla. El otorrinolaringólogo asesinado por ETA en su propia consulta en 2000 quedará así grabado en el frontispicio de un centro que volvió a abrir sus puertas durante la pandemia, tras 17 años en ruinas, y desde el que se ayudó a salvar incontables vidas humanas, rehabilitado de urgencia en dramáticas circunstancias, con eficacia y éxito. El legado profesional de Antonio Muñoz Cariñanos lo está manteniendo con formidable éxito su hijo, el doctor Pablo, que relataba hace pocos días que cuando la organización criminal segó la vida de su padre se llevó por delante la salud de muchas personas; y que enhebraba recuerdos desde el mismo despacho en el que los miserables pistoleros etarras Jon Igor Solana Matarranz y Harriet Iragi Gurrutxaga descerrajaron varios tiros a bocajarro al coronel médico hace ya 23 años.

Ha pasado demasiado tiempo, pero el renacer del Hospital Militar de la capital hispalense con el nombre de una víctima de ETA es un acto necesario y fundamental de “memoria, dignidad y justicia”. Aquel 16 de octubre infausto, la ciudad entera se volcó para que los dos terroristas fueran capturados, después de que abandonaran a la carrera, como ratas, la consulta de Cariñanos tras asesinarle: fueron los ciudadanos, en taxis, coches y a pie los que se echaron a la calle para intentar detenerles.

Hoy, esa ciudadanía, sevillana y española, ha visto reparada en cierta medida la herida mortal que ya nunca caerá en el olvido, sanando mejor. Porque es una sociedad en su conjunto, elevándose con grandeza y alejándose de la miseria y la vileza, quien -con reconocimientos indiscutibles de esta naturaleza- tiene la posibilidad de redimirse, de resarcirse, de salvarse. En cualquier momento. En todo contexto.

Las víctimas de ETA son la base moral de nuestra democracia y la causa ontológica que, en tiempo presente y futuro, obligatoriamente ha de llevar a todo un pueblo a regar cada día la planta de la libertad. Se sacrificaron sin que nadie se lo exigiese. Son héroes, sin provocarlo ni quererlo. Dejaron un vacío de inacabable final que sólo la reivindicación indeleble de su honor puede cubrir.

No dejemos nunca de evocarles, de mantenerles en lugar preeminente, el único posible y aceptable. Y, sobre todas las cosas, no cejemos en alejar de su legado limpio a quienes, en su pobreza de espíritu, abrasados en su iniquidad y embebidos de su ignominia, no comprenden el alcance duradero e imborrable, de ley, de figuras portentosas y ya eternas como la de Antonio Muñoz Cariñanos.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)
Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti

+
0 comentarios