Siguiendo el espíritu de transparencia y de técnicas de votación por consenso y menor resistencia, se ha desarrollado un proceso electoral para elaborar la lista de vocales y los grupos de trabajo en esta primera etapa. Además del número de votos, se ha tenido en cuenta la voluntad del candidato propuesto, localización geográfica y paridad. Las personas y los grupos de trabajo en esta primera etapa son:
- Grupo Impulsor: Ana Moreno, Ramón Morata y Alberto Pardos.
- Secretaría: María Oliva Rodrigo.
- Tesorería: Julio Giménez.
- Vocalía Empresas: José Luis Meri y Javier Goikoetxea.
- Vocalía Municipios: José Luis Pinotti y Andreu Pérez.
- Vocalía Conocimiento e Investigación: Carmen Rodríguez y Mercedes Ortiz.
- Vocalía Comunicación: Beatriz de Andrés y Daniel Llaudet.
- Vocalía Organización: Carmen Lobato y Jaime Oliver.
- Vocalía Informática: Eduardo Pérez.
- Vocalía Participación Democrática y Transparencia: Rubén Martínez e Ignacio Granja.
Los resultados de las votaciones han confirmado asimismo que la Sede de la Asociación será Valencia durante los dos primeros años. Los estatutos de la Asociación se han elaborado a partir de un borrador inicial con el magnífico trabajo realizado por las letradas Gemma Fajardo, Ana Rodríguez y Pilar Tablado, que se sometió a deliberación en los Campos de Energía en los que se recogieron sugerencias de mejora. El texto responde a los valores de la EBC y respeta la legalidad vigente en nuestro país. Cada uno de los procesos en la elaboración de esta normativa por la que se regirá la Asociación ha sido debatida y votada por los voluntarios. Como resultado, se ha redactado un texto pionero que pretende ser un hito en la historia del asociacionismo, no solo de España sino en el mundo.
Este fin de semana en Vitoria se harán efectivas las firmas para el registro de la Asociación, aprovechando las reuniones y mesas de trabajo en las que se implicarán voluntarios llegados de toda España. La presencia de Christian Felber, creador de este movimiento económico alternativo es una muestra de apoyo a la futura Asociación.
“Estamos muy ilusionados con el interés que despierta nuestro modelo, y honrados por haber sido parte de este proyecto pionero en el mundo de incorporar los fundamentos de EBC como nuevo paradigma de una sociedad más justa y con unos valores basados en la felicidad y bienestar colectivos en lugar de la búsqueda del beneficio económico. España, por su sociedad solidaria, su creatividad, la fuerza de sus ideales y su espíritu de consenso es un ejemplo para otros países” asegura Christian Felber, el promotor del modelo de la Economía del Bien Común.
El movimiento internacional representado en más de 20 países cuenta hoy en día con unas 1400 (véase página web) empresas simpatizantes de todos los tamaños, desde autónomos o micropymes con 1 trabajador hasta organizaciones que superan los 2000 trabajadores. Además se han sumado más de medio centenar de políticos, instituciones públicas, bancos, así como municipios y regiones. Sin olvidar las 171 Asociaciones que, de una forma u otra, vinculan su actividad a los criterios de la Economía del Bien Común.
Economía del bien común (traducción al español de Gemeinwohl-Ökonomie), es un proyecto económico abierto a las empresas y promovido por el economista austríaco Christian Felber y más de 1000 voluntarios comprometidos con la difusión y evolución de una verdadera economía sostenible y alternativa a los modelos del capitalismo y el comunismo que han quedado obsoletos.
La economía del bien común se rige por una serie de principios básicos que representan valores humanos: confianza, honestidad, responsabilidad, cooperación, solidaridad, generosidad y compasión, entre otros. En la economía real actual se mide el éxito económico con valores o indicadores monetarios como el producto interior bruto y los beneficios que dejan fuera a los seres humanos y al medio en el que vivimos. Estos indicadores no nos dicen nada sobre si hay guerra, se vive en una dictadura, si sobreexplotamos el medio, si se respetan los derechos humanos, etc. De la misma manera que una empresa tenga beneficios no nos indica nada sobre las condiciones de sus trabajadores ni sobre lo que produce ni cómo lo produce.
El balance del bien común mide como una empresa vive: la dignidad humana, la solidaridad, la justicia social, la sostenibilidad ecológica, la democracia con todos los agentes económicos. Finalmente, la evaluación de esos valores podrá permitir al consumidor escoger los productos. Para los defensores de la economía del bien común, aquellas empresas a las que guíen esos principios y valores deben obtener ventajas legales que les permitan sobrevivir, frente a los valores del lucro y la competencia actuales. La implantación del modelo teórico comenzó en octubre de 2010 con un grupo de empresas de varios países que participan activamente cumpliendo voluntariamente los requisitos del proyecto de economía del bien común.