El tiempo en política es muy intenso y a veces muy rápido. Usted lo ha perdido en estos últimos días. Tras su dimisión cabe reconocer y valorar lo positivo de sus dos mandatos. Ha sacado a España del foso económico en el que la había colocado su predecesor Zapatero. La economía y el empleo han respondido bien y España, desde ese punto de vista, está mucho mejor de como la encontró. Eso es un logro indiscutible, pero lamentablemente, no ha tenido visión ni ha sabido ser un hombre de Estado. No tuvo visión cuando, llegó al poder con mayoría absoluta en ambas cámaras. No supo desmontar esa pretendida Memoria histórica que es un obstáculo y un ataque frontal a la convivencia democrática presente y futura. La auténtica memoria histórica a recordar es la reciente, la del terrorismo de ETA, con sus 850 muertos y más de 8.000 víctimas. Hoy en día, 80 años después de la trágica guerra civil, no cabe demonizar a unos y ensalzar a otros. Hay suficientes evidencias para ello.
Tampoco supo, aprovechando su mayoría absoluta, enderezar temas tales como el control y la armonización de la educación. Dejó transcurrir un tiempo precioso sin poner orden en el Estado de las Autonomías, varias de las cuales, están, con su enfoque sectario, destruyendo España. Tampoco supo retomar políticas de integración de las infraestructuras hidráulicas que había dejado en marcha Aznar y que detuvo Zapatero. La carencia de agua es un tema de Estado para Valencia Alicante Murcia y Almería que se hubiese paliado en gran medida con el agua que el Ebro arroja al mar en tiempos de escasez y que algún día habrá que abordar. Su falta de visión de Estado ha quedado aún más en evidencia durante su segunda legislatura. Cierto es que se ha encontrado en minoría justo cuando se ha producido el gravísimo problema político de la declaración unilateral de independencia catalana.
Dicho esto, señor Rajoy, queda claro, sin darle más vueltas, que no ha sabido ser un hombre de Estado. Su escasa visión se ha percibido inclusive durante la moción de censura en la que podría haber dimitido y haber paralizado como inclusive le indicó en ese momento el propio candidato señor Sánchez. su dimisión entonces habría dado tiempo para reflexionar con mayor profundidad y buscar garantías de que el que fuese nuevo presidente definía un proyecto más claro y más estable de Gobierno o conducir en su defecto a nuevas elecciones generales. Inexplicablemente desapareció del Congreso durante casi 24 horas y reapareció simplemente para participar en una votación cuyo resultado estaba cantado desde la tarde anterior.
En su partido estarán, sin decirlo públicamente, dando las gracias de que se haya ido pero seguro que lamentan no haberle podido dar las gracias el jueves pasado. Ha sido incapaz de darse cuenta de que España necesita centrarse en los temas claros uno de ellos es la unidad la integridad territorio que es irrenunciable y desde luego dentro de ellos está el trabajar como dice la Constitución para garantizar la convivencia democrática.
Ha sido, sin duda, un brillante parlamentario baste ver sus frases en el debate de la moción de censura y su brillante “fin de la cita” esgrimiendo con brillantez frases de importantes socialistas, como los señores Borrell, Bono, Lambán, González Vara, Abalos y otros que manifestaban su gran escepticismo e incluso su rechazo ante la posibilidad de tener que gobernar con el apoyo de los separatistas. Sin embargo, usted olvidaba dos grandes citas que pasarán a la historia: “Luis, se fuerte” y “No habrá referéndum el 1 de octubre”
Ha ejercido el poder dentro de su partido, pero lamentablemente pasará a la historia como un hombre que ha puesto España en una situación de mucho peligro. Ha dado paso a un Presidente que cuenta con apenas 84 diputados y qué obviamente va a ver su gobierno muy condicionado por la radicalidad de Podemos y por los extremistas separatistas vascos y catalanes inclusive antiguos aliados de ETA. Esto no es bueno para España. Ojalá el presidente Sánchez tenga una inspiración especial. Está creando un gobierno con una imagen de pluralidad y de tecnicidad. Pero probablemente necesitará volver a aplicar el 155 a corto plazo para lo cual deberá también contar con la mayoría absoluta del PP en el Senado. Señor Rajoy muchos le deseamos lo mejor en lo personal, pero lamentamos que no haya aprovechado la oportunidad que ha tenido también con el 155 para reencauzar a España por el camino de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Posiblemente si lo hubiera hecho no se hubiese llegado a la moción de censura y, en todo caso, habría dejado indicado el camino a su sucesor, fuere quien fuere. Ojalá esto sirva para dejar claro lo importante que es para España y los españoles contar con políticos con visión y acción de Estado. ¡Viva España!