No hay peor inseguridad que sentirte desprotegido y herido en tu propio pueblo. Esto es lo que nos sucede a muchos gallegos ante una supuesta imposición de una vacuna hasta el punto de multar si no se desea o es incompatible ponerla. La salud como negocio y como cobaya el ser humano. Nunca en mi vida y en esta sociedad que dice progresar, me he sentido tan carente de libertad y sin respeto a mis derechos.
Sería lo normal en toda democracia y, si no es así, no se debería gobernar ante el rasgo psicopático de nula empatía con quienes dice gobernar. Todo a la carrera en un negocio de millones de vacunas de las que no se sabe su reacción a posteriori y porque los seres humanos no son en serie ni reaccionan igual y lo que a uno cura a otra mata. Que no se atrevan a hablarme de seguridad porque nada hay seguro y, mucho menos ,si interacciona con patologías y medicaciones.
Ahora dicen está contraindicada en quienes tengan tratamiento con anticoagulantes como SIntron o Eliquis y si los primeros en vacunarse son los usuarios de residencias y la mayoría tienen pactado dicho tratamiento, ¿a quién vacunan?
He escuchado algo muy triste, se dirá si afecta a su vida será por patologías previas. La dictadura e inhumanidad política y el asidero de medios pagados están creando innumerables patologías psíquicas de muy mal pronóstico y recuperación. Quizás más letales que el Covid. Imposible con angustia vivir una Navidad, por distinta y light que sea. Nos han quitado la ilusión, la salud, la libertad y pretenden quitarnos la VIDA, vida con mayúsculas. Es mi vida, lo que yo decido, con todas las consecuencias y nadie, ni medio ni político, es dueño de ella. Por ello hay que obviar el fanatismo ideológico y estar con quien nos proteja como seres humanos.
Dinero, egoísmos, la poltrona del Congreso. Todos son distintos pero iguales a la vez. Sin ética, sin moral. Causa estupor ver en Tele 5 a un médico, Jesús, que no debería mezclar lo rosa con la Medicina y estar en su casa, que ya sufrió el virus, tener la osadía de apostar por la falta de libertad individual afirmando que un juez con pitones obligó a una vacuna. No contento con eso pide a Jorge Javier Vázquez, subiéndolo a la falsa categoría de experto médico, aconsejar la vacuna. Déjennos en paz porque optaremos por no ver la televisión. Las campañas son médicas no de chiringuitos de playa.