Buena parte de las ganancias del euro del martes se erosionaron en la sesión de ayer un 1,5% que, recuperaría de manera leve hacia el cierre de la jornada. El potencial bajista de la moneda única fue impulsado por el descarte de un posible giro de la Reserva Federal que había predominado en las agencias de noticias y dirigido la reacción de precios al comienzo de la semana. Con la presión a la baja aún impulsado por las débiles perspectivas energéticas de Europa, gran parte del alza en la moneda única depende de la narrativa que rodea a la Fed, pero no creemos que vaya a vincular mucho a los mercados tras los datos sobre empleo del viernes, a menos que haya un aumento sustancial en la tasa de participación, de tal manera que se reduzca la presión al alza sobre el crecimiento salarial. Hoy, el foco se vuelve hacia los datos económicos en el continente, siendo el principal evento la publicación de las actas de la última decisión del BCE. Sin embargo, el contenido de estas puede ser menos orientativo de lo habitual, dado que el BCE adopta ahora un enfoque meeting-by-meeting.
Tras caer un 1,88 % en los dos primeros días de la semana, el índice DXY del dólar amplio apretó los dientes y salió ayer a la ofensiva, cuando la moderación de los rendimientos de los Treasuries pareció haber tocado fondo finalmente con un 4 % a 2 años y un 3,55 % a 10 años. El rebote en los rendimientos de los Treasuries amargó la sensación de bienestar que había estado en juego para los activos de riesgo, mientras que los datos publicados también confirmaron este giro en la narrativa del mercado. Después de que los datos de encuestas subjetivas de los últimos dos días sugirieran que se estaba aflojando la tensión en el mercado laboral y que la inflación de los bienes seguía enfriándose, la primera parte de datos objetivos sobre el mercado laboral estadounidense sugirió que el descuento de un giro de la Reserva Federal en respuesta a los datos anteriores fue demasiado preventivo. La medición de ADP del empleo privado, que tiende a ser un indicador muy vago del cambio neto del empleo en los datos al respecto que ven la luz dos días después, superó tanto las expectativas como la cifra revisada al alza de agosto, con un número de 208 000. Con la medición de ADP subestimando la cifra neta de empleos no agrícolas en 88 000 puestos de trabajo de media este año, y 165 000 en promedio en el último trimestre, los datos sugieren que el informe de empleo del viernes se revelará lo suficientemente fuerte como para mantener a la Reserva Federal en su camino preestablecido de elevar los tipos de interés al 4 % o más este año.
Además, la medición del índice de servicios ISM, que sostenemos es una mejor medida de la inflación y el crecimiento internos que el sector manufacturero orientado a las exportaciones, mostró que los niveles de empleo van en aumento y las presiones sobre los precios bajan modestamente en relación con el índice manufacturero. Sin embargo, antes de los datos de empleos no agrícolas del viernes, el mercado sigue siendo reacio a seguir comprando fuertemente en largo en USD. Esto es evidente en la valoración durante la noche, que vio cómo los bonos de EE. UU. a 2 años se mantenían estables en el 4,15 %, pero los futuros de renta variable en Europa y EE. UU. ascendían, lo que ayudó a levantar las monedas con beta alta y hacer otra mella en el dólar. Hoy, el calendario de datos está un poco más despejado, con solo los datos de nuevos demandantes de empleo. Sin embargo, hay un aumento sustancial en el número de ponentes de la Fed hoy, con Mester, Evans, Cook, Kashkari y Waller preparados para hablar sobre las condiciones económicas y monetarias. Esperamos que su tono siga el de ayer de Mary Daly, de la Reserva Federal, quien se retractó de la reciente flexibilización de las condiciones financieras y dijo que la Reserva Federal sigue comprometida a mantener las condiciones monetarias en territorio restrictivo durante algún tiempo, pero saludaríamos un eventual enfriamiento en el crecimiento del empleo el viernes.
La libra encabezó ayer las pérdidas en el espacio del G10, al registrar una caída del 1,28 % frente al dólar, mientras persisten los altos niveles de volatilidad tras el presupuesto. Pese a que en los medios de comunicación se hicieron mucho eco del discurso en la conferencia del partido Tory por parte de la primera ministra Liz Truss, con The Telegraph afirmando que podría haber consolidado su posición como líder de los conservadores, este tuvo muy poco impacto en el mercado. En cambio, la libra se vio impulsada exclusivamente por la evolución general del mercado, que siguió siendo negativa en términos de riesgo. En este sentido, los operadores tuvieron la excusa perfecta para vender la libra de vuelta a donde la sitúan sus deteriorados fundamentales económicos; un tema que seguimos viendo durante la noche, mientras la GBP cotiza por debajo del movimiento general del G10. Hoy, el calendario de datos económicos vuelve a activarse para la libra esterlina, con los datos del panel de responsables del Banco de Inglaterra correspondientes a septiembre, dados a conocer hoy y con el miembro del MPC Jonathan Haskel, que hablará sobre «Reiniciar el futuro: cómo arreglar la economía intangible». Sin embargo, una advertencia sobre dicho panel es que, dado que la fecha límite de la encuesta fue el 15 de septiembre, es poco probable que veamos cómo han cambiado las expectativas de inflación y las perspectivas de crecimiento de los ejecutivos en respuesta a las últimas medidas presupuestarias.