El BCE subió los tipos 75 puntos básicos ayer, reajustó las condiciones de su programa TLTRO III y afirmó que los planes de endurecimiento cuantitativo no se discutirán hasta la reunión de diciembre. La decisión se ajustó en gran medida a nuestra hipótesis principal, aunque apostamos por la aplicación inversa de niveles para ajustar la expansión del TLTRO III, en lugar de ajustar las condiciones de préstamo. Además de esta decisión, la presidenta Lagarde se mostró obstinadamente en contra de más orientaciones de política monetaria a futuro para los mercados, aunque afirmó que el banco central había hecho «avances sustanciales» en la normalización de la política y comentó que el tramo superior del tipo neutral no es necesariamente el tipo terminal del BCE; en otras palabras, el pico en el ciclo de subidas del BCE podría estar por encima del rango neutral estimado del 1%-2%. Si bien esto también estaba incluido en nuestra hipótesis principal, que contempla que el tipo de depósito pase del 1,5% actual al 2,25% en el primer trimestre de 2023, no cumplió con las expectativas del mercado y provocó que los tipos de interés implícitos para el BCE cayeran de alrededor del 2,5% para ese periodo a un nivel más cercano a nuestra hipótesis principal. A diferencia de la decisión del Banco de Canadá, que afectó a todo el espacio de posiciones cruzadas entre activos y fomentó un posicionamiento de predisposición al riesgo en los mercados, la decisión del BCE al final solo lastró al euro y lo llevó de nuevo por debajo del nivel de paridad al final de la jornada. La reacción del euro ante la decisión del BCE pone de manifiesto dos cosas: 1) en vista de la hipótesis principal del mercado de una recesión pronunciada en la zona euro en los próximos meses, la moneda única sigue situándose muy por encima del umbral de paridad a menos que las condiciones de riesgo reciban un impulso sostenido, y 2) el BCE no ofrece tanto apoyo al euro como otros bancos centrales a sus respectivas monedas.
Hoy, con el fin del periodo de bloqueo de las comunicaciones del BCE, los riesgos derivados de las noticias para el euro serán sustanciales a medida que las historias de las «fuentes» habituales empiecen a filtrarse. Ya hemos visto a miembros anónimos aclarar que en la reunión de diciembre para discutir los planes de endurecimiento cuantitativo el BCE no anunciará una fecha de inicio, y a los miembros del BCE Villeroy y Simkus resaltar que la decisión de subir 75 pb ayer no indica que se hará lo mismo en diciembre. Además, los mercados dispondrán hoy de los datos preliminares sobre las condiciones de crecimiento para el tercer trimestre en Francia, España y Alemania, junto con informes preliminares del IPC de octubre, donde ha habido sorpresas en ambos sentidos. En primer lugar, los esperados datos de inflación regional en Alemania apuntan a que la cifra del país, que se publicará hoy puede situarse por encima de las expectativas del 10,1%; mientras que su crecimiento para el 3T se sitúa abultadamente por encima de las expectativas, alcanzando en términos intertrimestrales el 0.3% frente al -0.2% esperado, despejando por ahora los temores de recesión. En el caso de Francia, la inflación a repuntado ligeramente al alza, alcanzando el pico de crecimiento hasta ahora con un 6.2%, aunque aún bastante por debajo de otros socios europeos; mientras que los datos de crecimiento una desaceleración considerable en el tercer trimestre, de un 0,5% intertrimestral a un 0,2%. Por último, España ha presentado un crecimiento intertrimestral para el 3T en línea con las expectativas, del 0.2% respecto al 0.3% esperado y sorprende sin duda en su lectura de la inflación, registrando un 7.3% en octubre, frente al 8.0% previsto.
El dólar empezó a apreciarse en la sesión de ayer. Si bien este movimiento comenzó a principios del día, la publicación de una cifra avanzada más elevada del PBI del segundo trimestre sin duda ayudó al dólar a continuar su repunte. La economía estadounidense se expandió a un ritmo anualizado del 2,6% intertrimestral frente a las expectativas del 2,4% en el tercer trimestre, impulsada por un consumo más sólido de lo esperado. El consumo personal se situó 0,4 puntos porcentuales por encima de lo esperado, en un 1,4%, si bien la cifra aún muestra una ralentización con respecto al crecimiento del 2% registrado en el segundo trimestre. Aunque los datos del PBI de EE. UU. están rezagados, siguen mostrando que el consumidor y las condiciones de crecimiento en general están aguantando el agresivo ciclo de subidas de la Reserva Federal por el momento. Ello ayudó a disipar los temores de que la desaceleración en el crecimiento observada en los datos del PMI para octubre pueda llevar a la economía de EE. UU. a una recesión inmediata, ya que ahora pueden observarse unos PMI por debajo de 50 frente a un ritmo de crecimiento más sólido. Hoy, el calendario de datos de EE. UU. probablemente desempeñará un papel más definitivo en los precios del USD, ya que el índice de costes laborales para el tercer trimestre se publicará junto con la medida de la inflación PCE para septiembre , mientras que los datos de vivienda y la lectura final de los datos de expectativas de inflación de la Universidad de Michigan para octubre se publicarán hoy. Resulta poco probable que los sólidos niveles de los datos de inflación y de costes laborales influyan en la reunión de la próxima semana, pero sí fomentan las expectativas de un mensaje aún restrictivo por parte de los miembros de la Reserva Federal la próxima semana sobre la senda de los tipos. El posible impacto que ello ejercerá en las expectativas sobre la Reserva Federal más adelante en la curva, junto con las expectativas de continuidad de unos informes negativos sobre los beneficios en la renta variable estadounidense hoy, probablemente harán que el dólar termine la semana con mayor fortaleza que al inicio.
La libra esterlina pasó desapercibida ayer, pese a caer un 0,7% en la jornada, con fluctuaciones que se situaron en gran medida en línea con la evolución de todas las monedas del G10, dado que el dólar repuntó desde su mínimo alcanzado a mitad de semana. Más allá de los mercados de divisas, las expectativas de cara a la reunión del Banco de Inglaterra de la próxima semana han caído considerablemente desde el máximo de 200 pb que alcanzaron durante el torbellino en torno al mini-presupuesto hasta algo menos de 75 pb en la actualidad. Dada la reciente tendencia del Banco de Inglaterra a situarse por debajo de las expectativas del mercado, es probable que los participantes den más crédito a la perspectiva de una subida de 50 pb la próxima semana, lo que sería sin duda algo negativo para la GBP. Sin embargo, en vista de la evolución de los datos de inflación únicamente durante el último mes, y ante el hecho de que tres miembros ya optaron por un aumento de 75 pb en la reunión de septiembre, seguimos creyendo que se efectuará una subida de 75 pb la semana que viene.