La sesión de ayer ofreció un breve respiro en términos de volatilidad. Lo principal fue la publicación del índice de precios a la producción estadounidense de enero, que, al igual que el índice al consumo, superó las expectativas. Empezando por los datos del IPP, el índice general se situó en el 0,7%, mientras que el índice subyacente, que excluye los alimentos, la energía y los servicios comerciales, también aumentó por encima de las expectativas, situándose en el 0,6%. Utilizando la combinación de los datos del IPC y el IPP, las estimaciones para el índice de inflación subyacente del PCE, que se publicará el próximo viernes, apuntan a un aumento del 0,3% intermensual al 0,55%. En menor medida que los datos anteriores, la publicación del IPP provocó una puja marginal del dólar. Los comentarios de Loretta Mester, miembro sin derecho a voto del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), que afirmó que existían «argumentos convincentes» para una subida de 50 puntos básicos en la última reunión, respaldaron tanto los tipos como el dólar, mientras que su colega James Bullard subrayó su preferencia por situar los tipos en el 5,375% lo antes posible. En general, aunque el tipo terminal se mantiene sin cambios en torno al 5,25%, la respuesta del mercado a los acontecimientos de ayer fue fijar un precio ligeramente superior a la probabilidad de una subida de 50 puntos básicos en la reunión de marzo. Ahora se sitúa en el 13%. Hoy, el calendario está repleto de comentarios de la Fed, ya que Barkin, miembro sin derecho a voto, hablará sobre el mercado laboral estadounidense, mientras que Bowman, gobernador de la Fed, lo hará poco después, desde la Asociación de Banqueros de Tennessee.
Ante las sombrías perspectivas a corto plazo de la economía británica, la publicación de unos datos de ventas minoristas de enero publicados a las 08:00 CET inesperadamente positivos ha dado esperanza a los observadores de la libra. Aunque por poco tiempo. Si bien esta lectura, que mostró un modesto aumento de los volúmenes del 0,5% por encima del descenso del 0,3% esperado, produjo un repunte de la libra, pronto volvió a retroceder, ya que los mercados tomaron esta publicación con cautela. Sin embargo, los responsables políticos vieron este dato con cierto optimismo. Esta visión fue reforzada por Huw Pill, economista jefe del Banco de Inglaterra, en un discurso pronunciado ayer, en el que destacó que las últimas publicaciones apuntaban ahora a una suavización de las presiones inflacionistas, aunque aún persisten los riesgos en torno a las previsiones del Banco. La ralentización de los datos indica sin duda que el Banco de Inglaterra se está acercando rápidamente a su tasa límite, pero con la afirmación de Pill de que cualquier declaración de victoria sería prematura en este momento, sugiere al menos por ahora que sigue en pie cierto endurecimiento. Esto concuerda con nuestra hipótesis de base, que prevé una nueva subida de 25 puntos básicos en la reunión de marzo, hasta un tipo terminal del 4,25%.
Brasil respira tranquilo. O al menos, por ahora. Ayer a mitad de día conocimos que el presidente, Lula da Silva, daría una entrevista para la CNN durante la mañana del jueves que sería finalmente retransmitida. Antes de que tuviese lugar la retransmisión, se fueron filtrando algunos titulares, como la subida del salario mínimo interprofesional de 1.302 reales (249 dólares aproximadamente) a 1.320 reales (254 dólares) a partir del mes de mayo. La premisa de la entrevista fue la postura amable del gobierno con el BCB que condujo a una ligera subida del BRL. No obstante, el avance de la entrevista mostró un trasfondo quizá no tan amable. Pese a que las críticas fueron atenuadas, el presidente de Brasil hizo un llamamiento a favor de una mayor responsabilidad social por parte de los mercados financieros. Lula había calificado previamente lo elevados tipos de interés del banco como una ‘vergüenza’ por el elevado coste de endeudamiento que supone para los brasileños, a la vez que sugería que los objetivos de inflación del BCB, del 3,25% este año y del 3% en 2024 y 2025, son demasiado bajos. No obstante, la mayor señal de alarma quizá fueron los comentarios que realizó sobre la independencia del Banco Central de Brasil, donde afirmó que el BCB ‘no es independiente, sino autónomo’ y que la actual autonomía del mismo, que tiene desde 2021, sería revisada con la finalización del mandato del actual presidente del BCB, Roberto Campos Neto, a finales de 2024. Por su parte, el Consejo Monetario Nacional de Brasil (compuesto por Campos Neto, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, y la ministra de Planificación, Simone Tebet) no hizo ningún anuncio sobre la modificación del objetivo de inflación del Banco a medio plazo tras la primera reunión bajo el gobierno de Lula, también el jueves.