Los materiales cerámicos, como la porcelana o la cerámica misma, siguen siendo los preferidos para las cocinas, los baños y el área de la piscina de cualquier lugar. Sus principales ventajas tienen que ver con la higiene, ya que son muy fáciles de limpiar, pero sobre todo por la elegancia y calidez que transmiten, ya que -siendo honestos- se trata de uno de los materiales más bonitos que están en cualquiera de las buenas tiendas de construcción que se visiten para buscar inspiración.
En contra está su delicadeza, que no lo hacen apto para todos los lugares, y su necesidad de mantenimiento y cuidados para que su vida útil sea larga, sin perder las condiciones que la hacen hermosa una vez instalada en suelos o paredes.
Son dos acabados de un mismo material; uno que se ha convertido en un indispensable de las reformas y de la arquitectura actual, sobre todo por su bajo coste y alta durabilidad, permitiéndole ser un material utilitario para casi todos los casos posibles:
A favor tiene el hormigón su facilidad de mantenimiento y su excelente resistencia, tanto a las condiciones climáticas extremas como su resistencia química y al fuego. Eso sí, el hormigón sigue teniendo un aire industrial que debes tener en cuenta si quieres apostar por él.
Se le denomina de esa manera por sus métodos de fabricación más conocidos. El grafeno, a pesar de no estar disponible en estado puro para fines comerciales, ya comienza a ser incluido en otros productos o materiales que lo colocan como aditivo.
El grafeno es un material muy adaptable y ligero -tiene menos del 6% de la densidad del acero-, pero puede resistir hasta 10 veces más que este último, lo que le convierte en uno de los materiales con potencial para la fabricación de estructuras de última generación.
Si bien no es un material innovador, sí se trata de un material que tiene grandes propiedades aislantes, tanto en lo referente al ruido, a la humedad, como también para la ganancia de eficiencia energética, ya que mantiene un interior siempre cálido a pesar del clima exterior.
La arcilla es un material que lleva utilizándose desde hace siglos y es la materia prima de los ladrillos artesanales. Sin embargo, los revestimientos de arcilla son una tendencia de la construcción ecológica, esa que apuesta por una simbiosis perfecta entre las construcciones y sus entornos.
Finalmente, cabe hacer mención a materiales que van ganando terreno sobre todo en los parquets, como el caso de la madera sintética -elaborada con plástico reciclado-, puesto que su vida útil es mayor, su mantenimiento es mínimo, y su precio es menor al tiempo que se protege al planeta de la contaminación.