La última decisión de tipos del BCE, apenas 24 horas después de que lo hiciese la Reserva Federal en Estados Unidos, acaparó ayer toda la atención de los mercados. Con una subida finalmente de 25 puntos básicos, al igual que su homólogo estadounidense y consonancia con nuestras expectativas y las de los mercados, el BCE redujo la magnitud de las subidas de los tipos a la más baja del actual ciclo. A pesar de no sorprender a los mercados, el euro cayó unas siete décimas frente al dólar entre el momento del anuncio inicial y el final de la conferencia de prensa de la presidenta Lagarde, para situarse finalmente a la cola de las divisas del G10 contra al dólar con un retroceso total del 0,45% durante la jornada. Si bien este fue un claro intento del BCE de indicar la necesidad de un mayor endurecimiento en el futuro, la interpretación de los mercados de la reducción del ritmo de subidas junto al hecho de que es probable que la inflación general de la zona del euro haya tocado techo fue que el final de este ciclo de subidas está ahora a la vista. Y pese a que la Presidenta Lagrade habría lanzado un mensaje de calma a los mercados dejando claro que el fin no está cerca con un repetido: “no estamos pausando, queda mucho camino por recorrer”, no fue ampliamente creída por los mercados, seguramente, por la falta de detalles.
Como consecuencia, las expectativas para la tasa terminal del BCE se redujeron en más de 10 puntos básicos. Esto pone de relieve las dificultades de comunicación a las que probablemente tendrá que hacer frente el BCE para orientar a los mercados en los próximos meses, a medida que se acerque al final del ciclo de endurecimiento de la política monetaria. En nuestra opinión, sigue siendo probable que el BCE suba los tipos varias veces más en los próximos meses, con un tipo terminal del 3,75% como resultado más probable. Tras la reunión, y probablemente en un intento de arrojar más luz a los mercados, conocimos por “fuentes” que varios miembros del Consejo de Gobierno prevén aún de 2 a 3 subidas adicionales a lo largo del segundo y tercer trimestre, por lo que creemos que gran parte de los esfuerzos comunicativos del BCE de aquí en adelante apunten en esta dirección, lo que esperamos que favorezca al euro en las próximas semanas.
El mercado pasó gran parte de la sesión de ayer digiriendo el último anuncio de la Reserva Federal sobre los tipos de interés oficiales. Aunque la reacción inicial de los mercados de divisas a la decisión del miércoles fue relativamente moderada, no puede decirse lo mismo de los valores bancarios regionales, algunos de los cuales sufrieron un varapalo en las operaciones posteriores a la apertura del mercado, algo que no se invirtió en el transcurso de la sesión de ayer. PacWest y Western Alliance, en particular, sufrieron caídas drásticas, lo que, de cara al final de la semana, plantea la posibilidad de que haya que resolver otro problema bancario antes de la reapertura de los mercados el lunes. Preocupantemente, estas caídas se produjeron a pesar del amplio consenso sobre la probabilidad de que la Reserva Federal haga una pausa en las subidas de tipos en junio, lo que sugiere que es poco probable que la presión adicional sobre estos bancos provenga del endurecimiento de la política monetaria.
Desde el punto de vista de las divisas, parece que el énfasis se está desplazando de la preocupación por la fuga de depósitos a la preocupación por la rentabilidad a largo plazo de los modelos de negocio de muchos bancos regionales de EE.UU., ya que la política de tipos del FOMC se sitúa actualmente entre el 5,00% y el 5,25%, y es probable que se mantenga así durante algún tiempo. Con la persistente preocupación por la estabilidad financiera y el consiguiente endurecimiento de las condiciones crediticias, los datos del mercado laboral de hoy deberían dar alguna indicación de hasta qué punto las preocupaciones bancarias están pesando sobre la economía en general. Se espera que las nóminas no agrícolas muestren un descenso con respecto a la lectura del mes pasado de 236.000, cayendo a 185.000 según las estimaciones de los economistas. Aunque esta cifra seguiría estando ligeramente por encima de la norma anterior a la crisis, también continuaría la tendencia a la baja en la creación de empleo desde principios de año, lo que indica que la economía estadounidense se está ralentizando en respuesta a una política monetaria más restrictiva y a unos costes de endeudamiento más elevados. Al no haber indicios de que la economía estadounidense vaya a experimentar algo más que una desaceleración del crecimiento en lugar de una recesión más profunda en este momento es probable que el cóctel de riesgos financieros específicos de EE.UU. y el débil crecimiento sigan pesando sobre el dólar.
Mientras el Reino Unido espera hasta la próxima semana para saber si el Banco de Inglaterra decide seguir los pasos de sus homólogos de la Fed y el BCE, la gran noticia de hoy serán probablemente los resultados de las elecciones locales que se celebraron ayer. Los resultados hasta ahora parecen confirmar lo que muchos esperaban: pérdidas para el partido conservador en el poder y ganancias tanto para los laboristas como para los liberaldemócratas. Esta tendencia no es de extrañar, dada la enorme ventaja que los laboristas obtienen actualmente en los sondeos de opinión, pero la atención se centrará en la medida en que esto se traduzca en una victoria en las urnas, algo que debería quedar claro a lo largo del día de hoy. Salvo que el recuento de votos de hoy provoque algún sobresalto, la libra esterlina parece estar beneficiándose de un periodo de relativa calma en el panorama de noticias y datos del Reino Unido, subiendo frente al euro y al dólar en las primeras operaciones, mientras los mercados siguen digiriendo otra ronda de endurecimiento de los tipos de interés. Sin embargo, la continuidad de esta tendencia dependerá de la valoración que los mercados hagan de la próxima decisión del Banco de Inglaterra sobre los tipos de interés. Con una gran diferencia de expectativas entre los mercados y los economistas, la posibilidad de una fuerte caída de la libra tras la decisión sigue siendo un riesgo para los mercados.
Por segundo día consecutivo, durante la sesión de ayer el comportamiento de las principales divisas latinoamericanas de alto beta frente al dólar, a excepción del PEN, fue positivo. El COP se situó no solo como la divisa de mejor comportamiento de la región, sino también a la cabeza del ranking mundial debido a una significativa moderación del ruido político interno con el compromiso del Ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, a cumplir la regla fiscal, descartando una nueva reforma tributaria y recordando que la reforma tributaria que lideró el saliente ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, “va en el camino de balancear las fuentes de recursos y financiar mejor el Estado”. De forma paralela, hoy se conocerá el dato de inflación de abril donde se espera que se confirme una desaceleración del IPC colombiano por primera vez en un año. Más allá de esto, y aunque con una subida más moderada durante la jornada, el MXN vuelve a tocar máximos de varios años frente al dólar estadounidense, aunque con una volatilidad mucho más moderada de lo que hemos visto en las últimas semanas y a pesar de la caída de la renta variable estadounidense por el nerviosismo del sector bancario. De cara a la próxima semana, con la publicación de los datos de inflación de abril prevista para el martes a las 9:00 CET, esperamos una continuación de la moderación de la cifra general y, aunque en menor medida, también de la subyacente, lo que creemos ue podría ayudar a inclinar balanza sobre la todavía incierta decisión de Banxico sobre sus tipos de interés oficiales el próximo 18 de mayo.