Según su informe 'Influencia de la tecnología en la vida de los españoles', elaborado entre más de 2000 españoles, los fallos más recurrentes en materia de ciberseguridad son:
Aceptar, sin leer previamente, las cláusulas y condiciones al hacer una compra o descargar alguna app (49,4%). Estas suelen incluir información sobre cómo se recopilan, utilizan y comparten los datos personales. Al no leerlas, el usuario puede estar aceptando, sin saberlo, el acceso y uso de información personal por parte de la empresa o desarrollador de la aplicación. Con ello, los datos pueden ser utilizados para fines publicitarios u otros propósitos que afectan a la privacidad. También se puede estar aceptando condiciones que imponen ciertas limitaciones en cuanto a la funcionalidad, acceso o, incluso, derechos legales. Esto afectaría a la experiencia como usuario y los derechos como consumidor. Asimismo, esta práctica expone al dispositivo a sufrir vulnerabilidades de ciberseguridad al instalar un malware o virus, que comprometen la seguridad de los datos y realizan acciones no autorizadas.
Tener la geolocalización activada todo el rato (27%). Si la geolocalización está activada constantemente, la ubicación física puede ser rastreada por aplicaciones y servicios que tienen acceso a esta información. Esto puede incluir aplicaciones de redes sociales, servicios de navegación, servicios de entrega a domicilio, entre otros. Si dicha información cae en manos equivocadas, podría ser utilizada para vigilar o incluso para cometer actos delictivos. También puede revelar información personal sobre patrones de movimiento, hábitos o lugares frecuentados. Con ello, los ciberdelincuentes pueden realizar ataques de phishing más sofisticados, es decir, enviar mensajes o correos electrónicos falsos, suplantando la identidad de empresas o servicios locales, basándose en la ubicación para ganar credibilidad.
Usar siempre las mismas contraseñas (20%). Es habitual que los usuarios cuenten con la misma contraseña para diferentes cuentas. Esto es un error, ya que, una vez los ciberdelincuentes se hayan hecho con la clave, tendrán acceso a todas las cuentas que protege. Por este motivo, es importante contar con un password diferente en cada perfil. En este sentido, los gestores de contraseñas como Password Manager también son muy útiles para almacenar de forma segura todas ellas. Además, según los expertos, es recomendable variar las claves cada tres meses. Con ello, los usuarios pueden evitar que, en caso de robo o pérdida, los ciberdelincuentes puedan utilizarla por un periodo largo de tiempo, con la consecuencia de un mayor daño para el damnificado.
No hacer copias de seguridad de los archivos (19%). Con ello, el usuario corre el riesgo de perder sus datos importantes en caso de que ocurra un incidente, como un fallo del disco duro, un error humano o un ataque de malware. Sin copias de seguridad, será difícil o incluso imposible recuperar esos datos perdidos. En este sentido, cabe destacar la figura del ransomware, un tipo de malware que bloquea los archivos y exige un rescate para su liberación. Si no existen copias de seguridad, será muy complicado recuperar los datos.
Permitir a los navegadores que almacenen datos bancarios para no volver a introducirlos en futuras compras (15%). Esto supone un riesgo de acceso no autorizado, es decir, si alguien más tiene acceso remoto a una cuenta, podría aprovechar la función de almacenamiento automático para acceder a los datos bancarios. Además, si un dispositivo es infectado por malware o software malicioso, los ciberdelincuentes tienen acceso a la información almacenada en el navegador. Esto puede ocurrir a través de descargas maliciosas, sitios web infectados o correos electrónicos de phishing. Los atacantes pueden utilizar todo esto para realizar transacciones fraudulentas y obtener beneficios económicos.
"En una sociedad tan conectada como la actual, los usuarios deben comprender que la ciberseguridad es fundamental y que, cambiando algunos hábitos o prestando atención a las pequeñas cosas, podemos mejorar nuestra seguridad online para evitar vernos expuestos al robo de datos personales o bancarios", señala Marc Rivero, Senior Security Researcher de Kaspersky.
Por ello, los expertos de la empresa de ciberseguridad comparten una serie de pautas para evitar caer en estas trampas:
No compartir información personal. A menos que sea absolutamente necesario, los usuarios no debemos revelar los datos más privados en la red. En caso de tener que compartir información personal, hay que asegurarse de hacerlo a través de una conexión segura y autenticada.