Análisis y Opinión

No todo tiempo pasado fue peor

LA VERDAD POR DELANTE

· Por Enrique Calvet, ex europarlamentario y Presidente de ULIS

Enrique Calvet | Martes 18 de julio de 2023
En la primera semana de campaña ha salido otro latiguillo curioso en el que merece la pena detenerse un segundo. Según este eslogan, España, es decir los derechohabientes a un DNI español, correrían el riego de “ir para atrás” tras las elecciones. No se precisa cuánto, así que entenderemos que se refiere al periodo democrático reciente (creemos haber leído incluso 20 años) ya que la época del rey Favila sólo interesa a los animalistas (por lo del oso asesino) y ni consideramos que se trate de inducir a pensar que volvamos hacia el absolutismo o a dictaduras, por mucho que zonas de España estén sometidas a un totalitarismo etnicista o que el Gobierno sea de fuerte tendencia autocrática.

Pues proponemos dar un enfoque de valores republicanos a la España de hace de 30 a 35 años comparada con ahora. Con la verdad por delante, hemos de decir que la vivimos intensamente, en plena madurez (38 a 43 años) por lo que tenemos un conocimiento de esa época que nunca podrán imaginar los jóvenes de hoy en día, y menos si han pasado por la LOGSE. Si hablamos, por ejemplo, del valor republicano de la Igualdad, es absolutamente indiscutible que la igualdad ontológica era muy superior por la sencilla razón de que aún no se habían creado ciudadanos de primera, segunda y tercera en España, cómo hoy en día dónde se hacen leyes “ad hominem” y “ad Hoc” para privilegiar a castas enteras, dónde se tolera abiertamente el racismo más obsceno y dónde la des-educación crea súbditos de taifas. Incluso la cohesión económica era mayor (vea el que pueda la evolución del índice de Gini reciente) por la sencilla razón de que el Gobierno nacional aún no había cedido un porcentaje destructivo del impuesto sobre la renta a las regiones. Ahora, con el 50%, por mucho que quiera, es científicamente imposible.

La dinámica desigualitaria inter personal es imparable. En aquella época empezaba sólo una brecha al principio de igualdad que fue el inicio de un cálculo del “cupo vasco” absolutamente injusto y anti-democrático. Si hablamos del principio republicano de la fraternidad, hoy en día llamado solidaridad, en aquella época se compartía muy mayoritariamente un proyecto de España como conjunto de ciudadanos, unidos contra la espantosa infamia del separatismo terrorista apoyado por el separatismo oligarca, se aspiraba a políticas de redistribución progresistas mejorables (política tributaria, ayuda al desempleo, perfeccionar el subsidio agrario, etc…), con menor o mayor torpeza se universalizaron políticas básicas o se mejoró su implantación, el feminismo avanzó, se separó la noción de pecado de la de delito… Hoy en día no hace falta ser observador agudo para observar una España dividida, enfrentada con plena insolidaridad entre taifas (hasta en tiempo de tragedia común como la COVID) incluso co-gobernada por aquel separatismo violento, hoy en día no cruento que la sociedad española combatía unánimemente. Y, finalmente, queda el principio republicano de la libertad individual, esa que se debe y puede ejercer siempre que llegue a un acuerdo con la de los demás ciudadanos…que comparten los valores democráticos y las leyes democráticas. Fue una época de expansión de libertades, aceptadas por la sociedad, queridas por la mayoría. Pregúntenle a la ex ministra Matilde Fernández, o a la gran feminista Lidia Falcón lo que se avanzó en aquella época. Hoy en día las mujeres feministas se ven casi perseguidas, acosadas por leyes mordaza que “por delito de odio” no pueden ejercer su vocación de defender a la mujer de su apartamiento secular. Las mujeres empiezan a no poder aspirar a practicar deporte profesional, por ejemplo. ¿Y la libertad de expresión? Estalló en aquellos años, época en la que, tal vez, Almodóvar hiciera sus películas más rompedoras, si no las mejores (Matador). Hoy en día declara que no podría hacerlas. Se amordaza y se ataca la libertad de cátedra con una Ley de memoria histórica orwelliana que amenaza cárcel para estudiosos libres, incluso con la libertad de estar equivocados.

No tenemos la libertad de ir a trabajar a ciertas zonas de España, ni de escolarizar a nuestros hijos, por infames barreras lingüísticas anticonstitucionales. En zonas importantes de España el amedrentamiento, la intimidación y la opresión clientelar es tal que no se vota libremente, triunfa el miedo. Los exiliados interiores de Vascongadas no tienen la libertad ni de volver ni de votar. No tenemos la libertad de llevar la bandera de España… En fin, les aseguro que me siento mucho menos libre que en aquella época dónde la ciudadanía española era una eclosión de libertades en todas partes menos en Vascongadas. Y creo que no soy el único. No todo tiempo pasado fue peor. Aunque les aseguramos que a partir del 24J, gane quien gane, será muy difícil recuperar los valores republicanos.