Aquellos golpes de estado contra gobiernos aliados de Estados Unidos y Francia son síntesis de las nuevas expresiones de rechazo contra sus modelos colonialistas, sobre todo, el francés que, en sus antiguas colonias africanas sigue dominando los sistemas monetarios y las obliga a tener las reversas en bancos franceses y con restricciones para disponer de las mismas.
El Sahel es una de las regiones más ricas, estratégicas y conflictivas de África; pero a la vez, una de las más diezmadas por las sequías, el hambre y con uno de los índices de pobreza más altos del mundo. Franja que cubre un área de más de tres millones de kilómetros cuadrados de áridas sabanas y abrumadoras estepas y se extiende desde el océano Atlántico hasta el oceánico Índico, y comprende territorios de 12 países: Malí, Mauritania, Senegal, Gambia, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Etiopía, Eritrea y Somalia. Territorio que en las últimas décadas se han convertido en uno de los santuarios más importante de Al Qaeda en el África.
Además de ser unas de las regiones más conflictivas de África por su importancia de ser cruce de rutas entre el África del Norte y la Subsahariana, entre el golfo de Guinea y el norte del continente, entre el Mediterráneo y el África subsahariana, entre el Atlántico y el Índico. Igualmente, por las enormes riquezas mineras y energéticas.
También sirve de bisagra entre el África occidental y el África Oriental y, desde luego, trascendental dentro de los países que conforman el arco del Islam que va desde Somalia hasta Indonesia. De manera que el Sahel es un santuario de grupos islámicos integristas que buscan controlar las rutas comerciales y las riquezas mineras en esta parte de África. Una intervención militar en Níger por los países miembros de ECOWAS, liderados por Nigeria puede desatar una espiral de violencia de los grupos integristas islámicos con nexos tribales en ambos países, y terminar en una gran desestabilización de Nigeria y otros países.
El control de las riquezas mineras de estos países por multinacionales estadounidenses y francesas son los aspectos más polémicos que se tratan de ocultar tras la cortina de las luchas contra el terrorismo. En una zona mayoritariamente musulmana y estratégica desde la perspectiva económica, política y militar para grupos islamistas.
Para Francia los conflictos que se generan Malí y Níger son un problema de seguridad nacional por la importancia que tienen las riquezas de Uranio de ambos países para su sistema energético ya que más del 60 % del uranio que emplea su generación eléctrica depende de estos países. Su producción energética depende en gran medida de lo que pase con las concesiones de uranio que tiene la multinacional francesa Orano en el Sahel.
Orano es la joya de la corona de la economía francesa, líder mundial en la producción de energía nuclear y parte esencial de su política exterior. Un conglomerado con presencia en 50 países y con millonarios contratos de construcción de nuevas centrales nucleares en el mundo.