Y ahora, ¿qué pretende Feijóo al intentar su investidura? Probablemente al PSOE por estrategia, y seguro que a España por su estabilidad, le interesaba una investidura rápida. Aún no sabemos si tendremos nuevo gobierno, pero ya sabemos que no tendremos presupuestos el año que viene o que su aprobación se retrasará.
Además de fastidiar a Sánchez, parece que la principal intención de Feijóo al intentar su investidura sea simplemente recordarnos durante un mes que él ha ganado las elecciones. Luchar contra las apariencias siempre es un objeto loable y cuando uno está en la oposición a veces tiende a pensar que es mejor que no haya gobierno.
Podemos considerar el retraso en la formación de gobierno un gol del PP... pero el partido sigue. Y entonces llegan las matemáticas: PP+Vox+UPN+CC no suman. Y ya han empezado las contradicciones: empieza el PNV, al que la gobernabilidad de España no le importa nada, colocándose contra Vox pero con Bildu. Esto tiene cierta lógica porque el PNV prefiere a Bildu que a Vox, pero quizá los votantes del PNV se pregunten para qué votarle a él si Bildu consigue lo mismo. Recordemos que ahora Bildu es el partido mayoritario en el País Vasco. Y el PNV arrastra al PP que dice que va a hablar con todos, menos con Bildu. Así ahora Junts ya es un potencial aliado para el PP... o quizá no... Nos queda un mes de dimes y diretes infructuosos desde Génova.
Es irónico que Sánchez vaya a ser la única opción de gobierno porque el PP no sabe que hacer con Vox ni el PNV qué hacer con Bildu. Mientras PP y PNV solo piensan en minimizar daños, Sánchez en su aparente derrota sabe perfectamente que quiere hacer con los cuatro. Incluyendo el anticipo electoral y a pesar del posible riesgo de repetición, prevalecen los intereses partidistas de cada uno en lugar del interés general. Feijoo utiliza el intento de investidura como gran mitin electoral para el caso de repetición de elecciones, sin tener en cuenta que a Sánchez sí le salen las sumas porque ERC y Junts dependen tanto o más de él que el PSOE de ellos.
Y el final, desde Ícaro, es bien conocido. Al igual que pasó el 23J, cuanto más les haga creer Feijóo a los suyos que se acerca al cielo, más dura será la caída. En contra de lo que se publicó demasiadas veces, ni Arrimadas ni Illa pudieron nunca aspirar a una investidura porque en su caso, como en la comunidad de Madrid, el candidato lo decide el presidente del parlamento autonómico. Es un mecanismo más lógico que andar metiendo en líos al rey.
El caso es que la combinación de errores estratégicos y de comunicación va a hacer que la vendimia del PP en septiembre sea amarga. A mí esto de la "pseudoinvestidura" ya se me está haciendo largo. Y es que aunque el hombre sea capaz de chocar muchas veces con la misma piedra, la repetición resulta aburrida.