Según fuentes expertas del centro especializado en formación industrial MINT, “hasta ahora nadie les había parado los pies a los vehículos movidos gracias al petróleo, pero la electricidad ha llegado al sector de los transportes, erigiéndose como un componente clave de una economía que cada vez empieza a tener más en cuenta la movilidad sostenible”. Prueba de ello es la priorización que muchos conductores están haciendo de la sostenibilidad a la hora de adquirir un nuevo coche. Los datos recopilados por ANFAC demostraron en junio un cambio de tendencia: se vendieron más coches eléctricos que híbridos enchufables.
Si bien no es una solución única y definitiva, apostar por un vehículo eléctrico es una de las opciones clave cuando se pretende minimizar al máximo los efectos de una crisis energética que atenta contra el bienestar y persistencia del ser humano en el planeta. Desde el centro de formación industrial MINT exponen algunas de las razones por las que el coche eléctrico es un componente clave por el que apostar cuando se trata de reducir la huella de carbono y optar por una movilidad sostenible:
Reducción de las emisiones: al no emitir gases de escape, estos coches contribuyen a la reducción de la contaminación del aire. Además, como pueden emplear una fuente de energía eléctrica limpia como la solar, la eólica o la hidroeléctrica, sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) son menos en comparación con los vehículos de combustión interna.
Eficiencia energética: al poseer un motor eléctrico, puede obtener más km por unidad de energía consumida que un motor de combustión interna, lo que podría ayudar a reducir la demanda de combustibles fósiles.