Además de tenerlo que pagar de una vez, “su importe se incluía en el préstamo, aumentando el capital y los intereses”, comenta la abogada, que recuerda que “la venta de productos vinculados está actualmente prohibida y cualquiera con un seguro de vida vinculado a la hipoteca anterior a la aprobación de la normativa puede reclamar la devolución de parte de lo abonado ante los tribunales”.
Comparar para acertar
En la actualidad, los seguros de vida siguen yendo de la mano de la oferta hipotecaria, pero el banco no los puede utilizar como una condición indispensable para otorgar financiación. “En principio, la contratación de este producto beneficia al cliente porque actúa como un bonificador, restando unas décimas al tipo de interés del préstamo”, comenta la letrada.
En cualquier caso, Nieto insiste en que “siempre hay que comparar con pólizas de otras compañías y hacer números para ver si realmente merece la pena el ahorro”. En este sentido, un estudio de Inese Data y Global Actuaria afirma que un seguro firmado con la entidad financiera en vez de directamente con la aseguradora cuesta casi el doble, e incluso, puede llegar a ser hasta cuatro veces más caro.
Una garantía de pago
“Los seguros de vida ligados a los préstamos hipotecarios comenzaron a cobrar sentido cuando los plazos de amortización se alargaron”, señala Nieto. Hoy en día, la edad con la que se compra de la primera vivienda ha aumentado y, en consecuencia, se termina de pagar traspasando el umbral de la jubilación.
Tal y como apunta la portavoz del despacho Marín & Mateo Abogados, “las casi tres décadas que la hipoteca está activa hace que el deudor tenga coberturaincluso superados los 70 años, y, por tanto, el riesgo de fallecimiento (siniestro) y de impago, se multiplica y la prima única se encarece enormemente”. Esto conlleva doble beneficio para la entidad bancaria, por un lado, las primas de sus seguros vinculados son muchísimo más altas que las del mercado y cobran más intereses porque se liquidan intereses sobre el capital destinado al pago de la prima única del seguro.