El Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo mantuvieron los tipos de interés el jueves, pero a diferencia de lo que ocurrió tras el anuncio de sus homólogos estadounidenses, no hubo fuegos artificiales. Por supuesto, cabe señalar que la conferencia de prensa aún no se ha celebrado, por lo que puede que salten fuegos artificiales cuando hable la presidenta Lagarde, pero el anuncio y las declaraciones que le siguieron no dieron a los inversores mucho por lo que entusiasmarse. El único punto destacable fue la referencia a que las previsiones de inflación son más bajas que en septiembre "especialmente para 2024", lo que puede ser un precursor de que Lagarde insinúa que el próximo movimiento podría ser a la baja en el nuevo año. La antelación puede determinar si los mercados se ven obligados a recortar posiciones muy agresivas.
El anuncio del Banco de Inglaterra fue posiblemente más notable a pesar de no ofrecer previsiones y de no haber una rueda de prensa posterior. La votación se mantuvo sin cambios respecto a la última reunión, con tres responsables políticos apoyando una subida de tipos, muy en contra del mensaje de la Reserva Federal de anoche.
Tal vez, con las nuevas previsiones de febrero, el mensaje del Banco de Inglaterra sea muy diferente, pero en este momento, ha sido más duro de lo que muchos esperaban. Y la declaración, que sigue haciendo referencia a una subida durante un periodo prolongado y a una inflación más alta en comparación con otras economías avanzadas importantes, fue claramente más dura.
Craig Erlam, analista de mercado sénior, Reino Unido y EMEA, OANDA