El desglose de los datos muestra que este aumento mayor de lo esperado en la tasa de inflación general de México se debió principalmente a una aceleración en el componente no subyacente, que subió en diciembre hasta el 1,81% intermensual, un aumento significativo en comparación con el 0,34% registrado en noviembre. Esta subida se explicaría en gran medida por la inflación de los productos agrícolas, que registró un aumento del 3,25%, su valor más alto desde noviembre de 2021. Detrás de esta subida estaría la inflación de frutas y hortalizas, que subió un 7,05% en diciembre, alcanzando su nivel más alto en dos años.
Por el contrario, la inflación subyacente continuó desacelerándose interanualmente en diciembre, pasando del 5,33% anterior al 5,09%, mostrando una tasa muy por debajo del máximo cíclico del 8,51% alcanzado en noviembre de 2022. Dentro de ésta, la inflación de servicios, que ha sido el principal foco de preocupación para Banxico, se mantuvo elevada en diciembre, imprimiendo un crecimiento interanual del 5,33%, ligeramente por encima del 5,28% del mes anterior y en línea con su media en lo que va de año. En general, la fortaleza del componente de servicios parece seguir estando impulsada principalmente por factores más estructurales, como la rigidez del mercado laboral y el rápido crecimiento de los salarios, con la medida estancada en el 5,2-5,3% desde junio. Mientras tanto, la inflación subyacente de bienes volvió a ralentizarse, hasta el 0,14% intermensual, su nivel más bajo desde mediados de 2022, posicionándose de nuevo como el principal factor detrás del descenso de la cifra de inflación subyacente general.
Aunque Banxico acogerá con satisfacción el descenso del IPC subyacente interanual, creemos que no es suficiente para justificar el inicio del ciclo de relajación en la reunión de febrero, dado que las presiones inflacionistas siguen siendo importantesEn general, el dato del IPC subyacente inferior al esperado debería ser un factor de apoyo para los planes de Banxico de iniciar pronto el ciclo de relajación. Sin embargo, creemos que las posibilidades de que esto ocurra son mínimas. Con un mercado laboral tenso, un crecimiento salarial de dos dígitos y un repunte de la inflación de los alimentos, es probable que Banxico mantenga su postura restrictiva al menos hasta marzo. Esto se ve respaldado por la aceleración del ritmo de las medidas de inflación subyacente y por el hecho de que la inflación general de diciembre superó ligeramente la previsión del Banco del 4,6% interanual para el cuarto trimestre.
Esto es coherente con nuestra opinión de base de que es probable que Banxico inicie su ciclo de flexibilización en marzo de 2024, a la espera de pruebas claras de que las condiciones del mercado laboral se están relajando, el crecimiento salarial se está moderando y/o la productividad está repuntando con más fuerza antes de señalar la flexibilización. En ausencia de tales datos en la actualidad, creemos que la postura agresiva de Banxico mantendrá al MXN apoyado, incluso a lo largo del 1T, donde esperamos que los rendimientos del Tesoro se recuperen de la caída de diciembre. Sin embargo, dado el rendimiento relativamente superior del MXN a principios de este año y las ricas valoraciones, los datos de hoy han apoyado una mayor caída del USDMXN.