Si los PMI de la eurozona siguen mostrando que los niveles de actividad actuales no reflejan el repunte de los indicadores adelantados y que las empresas tienen dificultades para repercutir el aumento de los costes salariales en el consumidor final, es probable que esto socave el discurso más agresivo del BCE. Con unas condiciones de crecimiento débiles, las empresas también deberían comunicar menores intenciones de contratación y márgenes de beneficio más reducidos, dos factores que se han señalado como precursores de que el BCE empiece a recortar los tipos. En conjunto, si se cumplen nuestras expectativas, creemos que hay mucho margen para que las expectativas del BCE se vuelvan mucho más pesimistas, ya que los mercados monetarios están valorando actualmente 35 puntos básicos menos de recortes este año que nuestra base de referencia. En lo que respecta a la divisa, esta constatación debería hacer que el EURUSD rompiera a la baja su rango posterior a la Fed de diciembre.
La semana pasada, los inversores se deshicieron de más posiciones cortas en dólares, ya que las preocupaciones geopolíticas y los datos macroeconómicos empezaron a pinchar la burbuja de desinflación en la que los mercados llevaban operando desde mediados de noviembre. Con unos 29 puntos básicos de recortes de tipos descontados, principalmente por los comentarios más neutrales del Gobernador Waller, pero apoyados por los acontecimientos en Oriente Medio y las fuertes ventas minoristas, el índice general del dólar subió un 0,86%. Esto hizo que la mayoría de los pares del G10 comenzaran a alinearse con las condiciones macroeconómicas subyacentes, tal y como habíamos argumentado en nuestras perspectivas macroeconómicas para 2024. Dicho esto, el proceso de realineación dista mucho de haberse completado, dado que la curva de swaps estadounidense sigue siendo el factor de un agresivo ciclo de relajación de la Fed, especialmente en relación con las curvas de otros bancos centrales que se enfrentan a factores cíclicos mucho más débiles. Esperábamos que este desajuste parcial siguiera siendo un tema en enero, ya que tanto los mercados como los bancos centrales necesitan señales coherentes en todos los puntos de datos antes de cambiar sus sesgos subyacentes para reflejar completamente la realidad macroeconómica. En su ausencia, es improbable que el aluvión de decisiones de los bancos centrales de esta semana (Norges Bank, BCE, Banco de Canadá, Banco de Japón) sea decisivo para los mercados de divisas y de tipos, ya que es probable que todos los bancos centrales se mantengan a la espera y mantengan sus anteriores orientaciones, incluso cuando el Banco de Canadá y el Banco de Japón presenten nuevas proyecciones económicas.
En lugar de las decisiones de los bancos centrales, es probable que los datos tengan un mayor impacto en los mercados, dado que determinan la credibilidad de las orientaciones de los responsables políticos. Podría decirse que los índices PMI preliminares de la eurozona (ver EUR) serán los más importantes, teniendo en cuenta que el EURUSD tiene la mayor participación en la cesta del DXY y actualmente muestra la mayor desconexión con nuestra opinión sobre las condiciones de crecimiento subyacentes. Además, los datos deberían contrastar fuertemente con la serie estadounidense, que esperamos muestre tasas de crecimiento por encima del consenso sostenidas por un consumidor resistente. Es probable que esta combinación haga que los tipos swap del EURUSD vuelvan a los máximos de diciembre, lo que desencadenaría nuevas caídas del EURUSD y, en consecuencia, otra amplia oleada de fortaleza del dólar.
El calendario de datos del Reino Unido se compone principalmente de indicadores de segundo orden sobre la salud del consumidor y medidas del déficit británico antes de la reunión del Banco de Inglaterra de la próxima semana. A excepción de los PMI del miércoles. En todos los puntos de datos, no esperamos que el telón de fondo macroeconómico y político del Reino Unido cambie mucho. Es probable que los PMI, las ventas minoristas y las medidas crediticias reflejen el impulso actual de la economía británica, mejor de lo esperado, señal que se verá confirmada por los PMI preliminares del miércoles. Además, es probable que los datos del déficit vuelvan a confirmar que el Gobierno tiene poco margen de maniobra de cara a las próximas elecciones generales del S2 2024. En resumen, aunque los datos no proporcionarán necesariamente a los operadores un nuevo impulso para tomar posiciones largas en el GBPUSD, sobre todo teniendo en cuenta que el flujo de datos macroeconómicos ha recortado las posiciones cortas en USD desde principios de año, creemos que debería mantener a la libra esterlina mejor protegida frente a la próxima ronda de fortaleza general del dólar. Dado que los datos de la zona del euro se sitúan en el lado más débil de las expectativas, especialmente en relación con la valoración del BCE por parte del mercado, seguimos favoreciendo las posiciones largas en el GBPUSD, incluso cuando el cruce se encuentra cerca de la parte superior de su rango reciente, tras haber repuntado más de un punto porcentual este año.
Al final de la semana pasada, y pese a la fortaleza del billete verde en un entorno macroeconómico de riesgo más propicio para la búsqueda de refugio, las divisas LatAm consiguieron fortalecerse frente al dólar el viernes. No obstante, y con la excepción del CLP que cerró la semana con ganancias tan solo marginales, el resto del tablero de la región no fue capaz de compensar las pérdidas registradas los cuatro días anteriores, para que el MXN, el PEN y el BRL acabasen cediendo más de un punto porcentual frente al dólar. En el caso del CLP, el anuncio del Tesoro chileno de la activación de un programa de ventas por un total de hasta 3.000 millones de USD entre enero y marzo de este año, produjo una demanda generalizada del peso similar a la que observamos a mediados del año pasado. Más allá de estas medidas, esta semana la vuelta a los fundamentales económicos se produce con los datos adelantados de la inflación de enero en Brasil y México, con las publicaciones de los IPCA-15 e inflación quincenal de la primera mitad de enero, respectivamente. Creemos que, después de los útimos informes del año pasado, donde para ambos casos pareció confirmarse un repunte de las presiones inflacionistas generales, aunque con la preocupación aún puesta en la evolución del íncide subyacente de servicios, estas lecturas serán claves para la senda de suavización monetaria de ambas economías. Si bien en Brasil está confirmado que, en las próximas reuniones, el ritmo a seguir continuará siendo los recortes de 50 puntos básicos, nos mantenemos en la creencia de que una continuación de informes de inflación menos favorables podría poner en riesgo esta postura del BCB y obligar a una suavización monetaria más lenta en el futuro. En el caso de México, pendiente aún de iniciar su ciclo de recortes, esto podría reforzar la postura agresiva de Banxico y apoyar nuestra llamada de que, como pronto, los recortes comenzarán a partir del mes de marzo.