En un mundo donde el deseo y la relación con las marcas evolucionan constantemente, entender cómo los consumidores interactúan con los productos y servicios es crucial. A través de un análisis basado en 300 estudios, The Cocktail, la consultora estratégica que lidera la transformación de las empresas ha identificado una serie de características que perfilan al consumidor actual, marcando así el camino para las empresas que desean establecer conexiones más sólidas y significativas con su audiencia. Estas características incluyen no solo aspectos demográficos como edad, género y ubicación, sino también factores psicográficos y conductuales, como valores, preferencias de estilo de vida y patrones de compra. Comprender este perfil del consumidor no solo permite a las compañías adaptar sus estrategias de marketing y productos para satisfacer las necesidades cambiantes de la audiencia, sino que también les brinda la capacidad de anticipar tendencias emergentes y reaccionar de manera proactiva ante los cambios en el mercado.
Algunas de las características del perfil del consumidor en 2024 que se han identificado son las siguientes:
Retomando el deseo: El perfil del consumidor está experimentando un gran cambio después de períodos prolongados de incertidumbre y fatiga respecto al futuro. Se observa una actitud más activa y comprometida, aunque de manera gradual. Lo que es más, la forma de desear ha evolucionado, adoptando nuevas facetas y matices en comparación con tiempos pasados. Las aspiraciones del consumidor han cambiado, exigiendo nuevas estrategias para satisfacerlas plenamente. Por ello, las marcas que logren identificar y responder a estas nuevas necesidades y deseos estarán en una posición privilegiada para diferenciarse en el mercado y captar la atención del consumidor.
Saturado de las pantallas: la transformación del entorno digital ha dejado una huella en el perfil del consumidor, afectando su percepción y relación con las marcas. Se ha evolucionado de cautivar al consumidor a retenerlo cautivo mediante prácticas adictivas y una experiencia de navegación empobrecida, condicionada a la entrega de datos. En este contexto, el perfil del consumidor está evolucionando hacia una mayor exigencia de transparencia, privacidad y autenticidad en sus interacciones en línea. Los consumidores buscan marcas que ofrezcan una experiencia digital centrada en sus necesidades y preferencias, en lugar de simplemente tratar de captar su atención a toda costa. Esta tendencia está creando un espacio para nuevas entidades que puedan satisfacer estas demandas con propuestas innovadoras y centradas en el usuario, lo que a su vez está remodelando el panorama competitivo en el mercado digital.
Dudoso ante el auge de la IA: el consumidor se halla en una encrucijada entre la anticipación de las posibilidades que traerá consigo la Inteligencia Artificial (IA) y el temor a ser subyugado por ella. Por un lado, existe una ansiedad palpable por descubrir las oportunidades y beneficios que la IA puede ofrecer, pero al mismo tiempo, hay un temor latente de perder el control ante su potencial omnipresencia. Las empresas deben abordar esta dualidad con tacto y precisión, ya que los consumidores no toleran errores por parte de la IA y están dispuestos a penalizar a aquellas que no logren implementarla de manera efectiva y ética.
Con una nueva visión del hogar: en los últimos años, el perfil del consumidor ha experimentado una notable transformación, especialmente en lo que respecta al hogar. Anteriormente considerado como un refugio seguro, ahora se percibe como un gasto continuo debido a las recientes subidas en los precios de la hipoteca, la energía y los productos básicos. Este incremento tan elevado de los precios en productos de primera necesidad ha hecho que el consumidor tome conciencia del consumo y gasto que se hace en el hogar. Quedarse en el hogar, ya no es necesariamente, la opción asequible, y si lo es, como alternativa de consumo, no es la más gratificante, por ello se enfoca en buscar herramientas y estrategias que le ayuden a gestionar de manera eficiente y consciente este escenario.
Experiencias en vivo: En los últimos años, los consumidores han buscado refugio y desconexión principalmente en el hogar y en las pantallas digitales. Sin embargo, recientemente ha surgido una tendencia hacia la valorización del espacio físico como un escape de la rutina digital y del entorno doméstico. Este espacio se presenta como un lugar para romper las inercias cotidianas, establecer conexiones con la realidad tangible y sumergirse en el momento presente. Es un entorno donde los individuos pueden reconectar consigo mismos y con su entorno de una manera más profunda y significativa. En este punto, las marcas tienen la oportunidad y la responsabilidad de aprovechar el espacio físico, ya sea a través de tiendas físicas o presencia en la calle, para ofrecer experiencias que vayan más allá de la mera gratificación material.
La brecha de la edad: el consumidor está siendo moldeado significativamente por la brecha generacional en términos de poder adquisitivo y comportamiento de compra. Esta nueva generación se enfrenta a la realidad de tener menos recursos financieros que sus predecesores, lo que les obliga a replantearse sus prioridades de gasto y a ser más selectivos en sus decisiones de compra. Por otro lado, las organizaciones están adaptándose a este cambio mediante la digitalización, creando modelos de relación más accesibles y atractivos para los jóvenes consumidores. Sin embargo, este enfoque puede resultar incómodo para las generaciones más mayores, que, paradójicamente, poseen una mayor capacidad adquisitiva. Este fenómeno plantea desafíos tanto para los consumidores como para las empresas, que deben encontrar un equilibrio entre satisfacer las necesidades de diferentes grupos demográficos y mantener su rentabilidad en un mercado cada vez más diverso y dinámico.