Elegante y sostenible, no depende de cables ni de batería
Inspirado en el minimalismo japonés, Rikki está fabricado con cerámica hipoalergénica de alta resistencia a golpes, caídas y al agua hasta una profundidad de 50 metros. Vinculándolo a una o más tarjetas bancarias de la Unión Europea, no necesita recarga de batería, por lo que siempre estará listo para pagar en cualquier negocio del mundo que acepte Visa o MasterCard Contactless. Basta con un simple y estiloso gesto lleno de seguridad, porque para pagos mayores de 50 euros siempre pide PIN.
De momento solo está disponible en su tienda online, y se envía siempre bloqueado y dentro de un precioso joyero artesanal, elaborado con madera de olivo de la costa del Mediterráneo. Por eso Rikki, además de seguro, estético y funcional, es un anillo KM0 comprometido con el medio ambiente, al estar fabricado en España con materiales naturales como la cerámica o la madera, reduciendo significativamente los desechos de plástico que generan las tarjetas bancarias.
Campaña anti-carteristas
Todas estas cualidades son las que, durante el mes de mayo, descubrirán los miles de viajeros que transitan a diario por la estación Atocha Renfe Cercanías, gracias a la campaña creada por la agencia Whitman. Conectar con el público aludiendo a una de las principales amenazas que sufren en esa zona es el objetivo de la campaña, que se centra sobre todo en la mejor cualidad del producto, esto es, la seguridad de viajar sin tener que llevar encima una tarjeta de crédito, e incluso el móvil, objetos que más atraen a los carteristas.