Análisis y Opinión

La amnistía a los golpistas catalanes y la UE como farsa

CARTA DEL PRESIDENTE

· Por Alfonso Merlos, Pesidente del Grupo "El Mundo Financiero"

Alfonso Merlos | Domingo 02 de junio de 2024
Después de que el presidente Sánchez y sus aliados (comunistas y golpistas) hayan arrollado el Estado de Derecho en España, pulverizando la separación de poderes ‘de facto’, la pregunta es: y ahora, ¿qué? ¿no cabe oposición ni respuesta? ¿habrá impunidad definitiva e irremediable, por tanto, ante tan gigantesco e inaudito acto de corrupción política?

Más allá de lo que nuestro ordenamiento jurídico permita o permitiere hacer al Tribunal Constitucional en casos tan escalofriantes, vomitivos e ilegales como éste, una cuestión más allá es qué pinta la Unión Europea como institución que tiene encomendada la defensa de un espacio de libertad, seguridad y justicia y, no sólo eso, sino que se pavonea de haberlo creado y de estar manteniéndolo incólume. Dicho en otros términos, cómo deben actuar en este punto los burócratas europeos (tantos pertenecientes a la categoría de los dinosaurios y tantos otros a la de los parásitos), cuando se materializa inequívocamente la pulverización de la libertad, cuando salvajemente se quiebra la seguridad y cuando se atropella mortalmente la justicia.

Por desgracia, una situación tan extrema con consecuencias tan lesivas y tan irreparables para nuestra democracia lo que revela es la gran farsa de la Unión Europea: el teatro, la cáscara vacía, la palabrería que tan cara nos sale a los ciudadanos de los países que mantenemos a las sabandijas que pululan entre Bruselas y Estrasburgo.

A pesar de la legislación a medida fabricada para una banda de delincuentes, a pesar de la discriminación furiosa entre unas personas y otras, nada pinta la Unión Europea, de ninguna manera actuará la Unión Europea, que revelará -ya lo está haciendo- hasta qué punto es una institución fantasmagórica e inútil precisamente en los momentos reales de crisis, en la hora de la verdad.

Cuando se trata de aplastar con una directiva a personas o empresas privadas, en el sector de la vida que fuere, cuanto emana de la UE es palabra de Dios y, por tanto, resulta imposible esquivar los designios o los dictados comunitarios para esas personas y esas empresas privadas. Sin embargo, cuando una casta política socialcomunista perpetra delitos flagrantes en sede parlamentaria y a plena luz del día (empezando por el de prevaricación) para premiar a una organización de delincuentes, esa misma implacable UE permanece mirando al cielo y el suelo, y silbando. El tigre que salta sobre los indefensos para perseguirles y agredirles se convierte en un gato que se mete bajo el sofá ante las fechorías de esa casta política totalitaria.

Parafraseando al genial Arthur Rimbaud en su magistral Una temporada en el infierno, la parálisis hiriente, patética y felona de Bruselas y Estrasburgo ante la corrupta aprobación de la ley amnistía en el Congreso de los Diputados, revela, a las claras, que “la Unión Europea es, simplemente, esa farsa que todos los burócratas que viven de ella deben representar”.