En este caso las incógnitas a despejar son las siguientes: ¿quién lidera en un nuevo lanzamiento de producto o servicio? ¿Qué debe priorizarse en nuestras estrategias y lanzamientos, el marketing o las ventas? Según Máximo Alejandre, socio y fundador de estrategíZATE, esta duda surge en muchas de las empresas a las que asesoran, y recuerda a la eterna pregunta sobre qué fue primero, si el huevo o la gallina. Aunque la respuesta en este caso parece más clara. Como comenta Alejandre, antes de tomar esta decisión lo primero que debe definirse de forma concisa es qué es lo que vamos a lanzar, si es totalmente novedoso o es una extensión de algún producto o servicio que estamos comercializando ya, y el objetivo que se quiere conseguir con el nuevo proyecto, producto o servicio que se va a lanzar.
Tener estas dos respuestas claras nos ayudará a enfocarnos para definir el cómo lo vamos a conseguir. Y en la respuesta a ese ‘cómo lo vamos a conseguir’ encontraremos también la solución a nuestra pregunta inicial: ¿qué departamento va a ser el que arranque nuestro lanzamiento, el de marketing o el de ventas?”, apunta.
Eso sí, en general ambas partes deben estar en contacto directo constante, trabajar los proyectos de forma conjunta y sobre todo fluida, evitando esas luchas de poder que a veces se producen entre departamentos con sentencias tipo “eso es de ventas” o “eso corresponde a marketing”.
Ejemplos
Si lo que nuestra empresa va a poner en marcha es algo desconocido y totalmente nuevo, necesitaremos explicar bien a nuestro público en qué consiste para que lo entienda correctamente. En este caso, el marketing normalmente tendrá más importancia, y ventas le acompañará en esta labor.
Si el producto o servicio que se lanza es sólo una variación de otro existente, lo lógico es que quien lidere el proyecto sea el departamento de ventas, ya que la descripción será mucho más sencilla y asumible para el cliente, y marketing colabore con las herramientas que ventas pueda precisar.
Si se necesita captar usuarios para una nueva línea de negocio, será marketing el que arranque con una estrategia que se centre en generar notoriedad y llamar la atención de esos posibles clientes. Y según sean sus objetivos y estrategias, así ejecutará su labor el equipo de ventas.
Malas costumbres
Alejandre recuerda que este tipo de proyectos no pueden apoyarse en objetivos con números vanidosos o rimbombantes que, en realidad, no aportan. Por ejemplo, marcarse como fin conseguir un número elevado de impresiones en campañas digitales.
“Como objetivo único y aislado tiene poco sentido. Lo importante es aterrizarlo más, bajarlo a negocio. Porque no me interesa el número de personas que ven mi promoción, sino el número de personas con potencial interés de compra que la ven y, por supuesto, el número de los que definitivamente me va a comprar”, plantea.
Hay que concretar lo que de verdad es un lead, un potencial cliente, y para ello es importante diferenciar en nuestras bases de datos las características que nos van a indicar que, por alguna razón, esa persona o empresa va a tener interés en los productos o servicios nuevos que se van a ofrecer.
Ejercicios de comprobación
Para saber si nuestra empresa está ejecutando bien estos procesos, desde estrategíZATE nos plantean un ejercicio de comprobación que debe comenzar por seleccionar una de las últimas campañas promocionales que se hayan llevado a cabo en la empresa. Y chequear respondiendo a las siguientes preguntas: