El tratamiento se hace a través de la ingle con un catéter. En función de su localización en el cuerpo tiene que utilizarse una técnica muy selectiva y precisa con material específico, ya que, en caso de que el émbolo salga a otro territorio u otra zona de la médula que no tenga la malformación, el paciente puede tener una sección medular, una paraplejia o tetraplejia.
"Dada su complejidad, son lesiones que pocos profesionales pueden tratar, ya que las complicaciones son irreversibles", explica el doctor López Ibor.
Afortunadamente, hay pocos pacientes que las padezcan, pero pueden afectar tanto a niños como adultos y, según su localización, suponen la imposibilidad de mover las extremidades o controlar los esfínteres. "Son lesiones tratadas en pocos países y por pocos expertos en el mundo", apunta el médico, que se ha dirigido a sus colegas asiáticos en una presentación de 45 minutos en inglés.