Análisis y Opinión

La oportunidad financiera actual

LA ERA DEL GASTO INTELIGENTE

Por Álvaro Dexeus, Director de Pleo para el Sur de Europa

Redacción | Miércoles 28 de agosto de 2024

Si alguna vez has descrito tu sistema financiero interno como «antiguo», puede que no estés tan desencaminado. La contabilidad se remonta a la antigua Mesopotamia, donde se han encontrado evidencias de contabilidad. De ahí a los egipcios, pasando por los babilonios, los romanos y hasta nuestros días, cada civilización ha tomado el relevo para que la contabilidad avance utilizando las herramientas disponibles en cada momento. ¿y qué pasa hoy en día? Desgraciadamente, los directivos de empresas de hoy día están estancados en la gestión del gasto, aferrándose a métodos tradicionales que han quedado obsoletos por completo en el mundo digital. Las limitaciones de estos métodos, como su incapacidad para predecir tendencias de gasto y fluctuaciones del mercado, dificultan considerablemente la toma de decisiones y nuestra capacidad para prever los cambios económicos y adaptarnos a ellos. Esto significa que a menudo vamos a ciegas, perdiendo oportunidades y cometiendo errores estratégicos, a pesar de que las capacidades tecnológicas a nuestro alcance son más avanzadas que nunca.



¿Por qué, entonces, en una época en la que prácticamente todos los sectores utilizan tecnología para avanzar hacia el futuro, no hace lo mismo en el sector de las finanzas?

Por qué es importante la era del gasto inteligente

Algo que distingue a nuestra era es que tenemos la oportunidad de transformar una tarea engorrosa en una ventaja estratégica. Hasta ahora, la gestión del gasto ha sido en gran medida una tarea superficial.

Las empresas que aprovechan técnicas y programas avanzados de gestión del gasto pueden mejorar notablemente sus resultados al eliminar gastos innecesarios, detectar facturas duplicadas, evitar recargos por demora y negociar precios más bajos y descuentos por volumen.

Además, los procesos manuales que predominan en la gestión de gastos tradicional requieren mucho tiempo y son propensos al error humano. Puede que hayamos dejado atrás los ábacos, pero si alguna vez has intentado actualizar manualmente una hoja de cálculo compartida, entenderás que las cosas hoy en día no son mucho mejores.

Estas ineficiencias se acumulan y agotan recursos valiosos que pueden utilizarse mejor en otras áreas. En una época en la que la precisión y la supervisión son fundamentales para mantener la salud financiera, estos métodos anticuados ya no pueden seguir el ritmo de las empresas modernas y sus exigencias. A medida que las empresas se esfuerzan por mantener una actitud vigilante sobre sus gastos, la necesidad de una mayor supervisión y precisión nunca ha sido mayor.

Las empresas de hoy se enfrentan al dilema entre mantener un equilibrio entre crecimiento y estabilidad. ¿Hacen lo suficiente para mantenerse a flote, o van más allá y se proponen crecer? Este es un ámbito en donde una gestión del gasto inteligente puede ayudar.

Las capacidades analíticas avanzadas pueden agilizar los flujos de trabajo financieros y permitir a las empresas tomar las decisiones oportunas. Este enfoque proactivo impulsa la eficiencia financiera y fomenta un entorno empresarial receptivo y adaptable para moverse por entornos financieros complejos.

La evolución del Director Financiero

Las funciones y el perfil del Director Financiero evolucionan. Pero, ¿qué hay de la personalidad y el estilo de trabajo? Según un estudio, el 40% de los directivos no financieros considera que las habilidades de comunicación de sus directores financieros son insuficientes. Esta percepción pone de relieve una importante área de mejora. Una gestión inteligente del gasto nos ayuda a alejarnos de la idea de que los directores financieros tienen que microgestionar todas las tareas administrativas, y les da la oportunidad de ser más comunicativos.

Los directores financieros pueden aventurarse más allá de los territorios financieros que les resultan familiares dentro de la organización, y comprometerse activamente con diferentes departamentos y así ver de primera mano los retos y necesidades. Este enfoque proactivo no sólo rompe el estereotipo del líder financiero inaccesible, sino que fomenta una cultura de transparencia y colaboración.

Una comunicación clara y empática por parte de los directores financieros puede aportar un valor añadido significativo, ayudando a salvar las distancias entre las finanzas y otras áreas críticas de la empresa.

Este cambio no sólo ayudará a la moral de la empresa, sino que también posiciona al director financiero como un actor clave para impulsar el crecimiento estratégico y fomentar una cultura de trabajo solidaria y cohesionada.

Puede que nos sintamos presionados para que nuestra era financiera sea un éxito. Pero debemos tratarla como una oportunidad, no como un reto. Puede que la gestión tradicional del gasto no esté obsoleta, pero desde luego no funciona todo lo bien que podría. Y en su forma histórica actual, no nos llevará al futuro que queremos construir.