Emprendedores e ideas

Las buenas "vibras"

· Por Miriam Hernandez, experta en gestión de RRHH

Jueves 29 de agosto de 2024
¿Por qué conectamos y sentimos “buenas vibraciones” con unas personas sí y con otras no? ¿Por qué a veces la comunicación fluye con unas personas y con otras es mucho más difícil entablar una conversación distendida y agradable? Hay personas que al conocerlas por primera vez, surge una conexión especial de forma espontánea y natural. No es necesario forzar nada, cada uno con su forma de ser descubre al otro y encuentra una acogida satisfactoria y sorprendente. No se provoca nada, no se crea nada a propósito. Si tuviera que hacerse, seguramente no funcionaría.


Esta sensación en nuestro interior surge en cualquier encuentro personal, en el que intervienen individuos que interactúan y se comunican, tanto en un entorno de confianza e informal como en uno laboral o formal.

Cuando realizamos una entrevista o cuando nos citamos con alguien para comentar un proyecto laboral, puede surgir esa conexión, un “feeling” que nos cambia por completo la sensación del encuentro. Salimos de él con sentimientos positivos y fructíferos que acompañan el motivo de esa reunión. Lo que suceda finalmente o en un futuro, ya será otra cuestión, pero esas sensaciones han sido reales al menos en el momento del encuentro.

Con algunas personas fluye la comunicación, surge la sonrisa y la naturalidad impera en el encuentro. La conversación se alimenta con preguntas, interaccionando con interés y escucha activa. Pero esto no se da en todos los contactos, ni mucho menos.

La Programación Neurolinguística (PNL) determina tres sistemas de representación a través de los cuales percibimos la realidad y la interpretamos acorde a nuestra estructura mental.

Son los siguientes:

  • Sistema Visual (SV): basado principalmente en el sentido de la vista, las sensaciones experimentadas a través de la visión. Al mirar al mundo exterior observamos cosas, que generan sentimientos en nuestro interior y son interpretados según lo que vemos y nos hace sentir.
  • Sistema Auditivo (SA):basado en lo que oímos. A través de la escucha, lo que nos entra por el oído nos genera sensaciones que interpretamos según los sonidos que nos llegan.
  • Sistema auditivo Kinestésico (SK):basado en los sentidos del gusto, el olfato y el tacto; cada uno transmite informaciones del mundo que luego interpretamos según nuestra estructura interior o las sensaciones que nos generan a nivel interno.

Estos sistemas nos permiten conocer cómo es nuestra comunicación con otras personas. Pero también nos permite saber, cómo se comunican los demás, lo que nos facilita la relación personal asegurándonos que el mensaje llega adecuadamente, comunicando exactamente lo que queremos decir, sin malos entendidos ni confusiones en la información transmitida.

Una persona más visual pondrá más atención a los estímulos visuales, a imágenes, todo aquello que haga su sentido ocular estar activo.

De igual manera, una persona con un sistema predominantemente auditivo, prestará más atención a los sonidos, al entorno, al tono de voz, etc.

Si bien, los sistemas no son rígidos, ni inflexibles, podemos movernos de uno a otro, adaptándonos y eligiendo el que más se adecué a la situación, al entorno o a la persona con la que nos estamos comunicando.

Conocer estos sistemas, nos ayuda por ejemplo, al transmitir conocimientos a los alumnos, enfatizando conceptos en un modo más visual alternándolos con otros acompañados de sonidos o música que los refuercen en función de las características más destacadas o peculiaridades del alumnado.

Nos ayuda a conocernos y saber dónde pondremos más atención, en qué nos vamos a fijar más o qué aspectos serán retenidos en nuestra memoria de un modo más sencillo acorde a nuestro sistema predominante.

Hay más sistemas y métodos que analizan la comunicación entre las personas y detallando qué aspectos influyen en la interacción personal.

Uno de ellos, es el Sistema DISC, creado por el doctor William Moulton Marston en los años veinte y que ha seguido desarrollándose a través de distintos profesionales y disciplinas, convirtiéndose en un método de ayuda en la interpretación de la comunicación en todas sus forma y contextos.

Marta Freire Úbeda, en su libro “Ponte en Modo DISC”,(Ed. Samarcanda), profundiza en este sistema mostrando una gran cantidad de ejemplos y situaciones que permiten comprender su utilidad práctica y su aplicación sencilla acorde a numerosos colectivos y entornos.

Ella es Psicóloga educativa y Coach Ejecutiva y nos ayuda a comprender la forma de comunicarnos según los 4 colores que se identifican con cada una de sus siglas:

  • D: Directo, color rojo
  • I: Influyente, color amarillo
  • S: Seguro, color verde
  • C: Cumplidor, color azul

A través de sus colores y de las características que definen cada uno de ellos, se establece una clasificación de 4 tipos de personalidades, con rasgos que definen una forma de actuar y comunicar y con cuya definición, podemos encuadrar a cada persona por su tendencia dominante en un color o en otro.

Pero cada uno de nosotros no somos un solo color, podemos comportarnos acorde a uno en una situación concreta y de otro color en otra situación diferente. Cada persona es una mezcla de colores, pero solemos tener uno que predomine ante el resto y con el que nos sintamos más identificados.

En definitiva, no somos solo un sistema ni una clasificación rígida, en el que nos encuadremos en un grupo o en otro, estamos formados por muchos colores y diversos métodos. Conocer nuestro canal de comunicación predominante, no hará más que facilitar nuestros encuentros y relaciones, intentando comprender por qué con algunas personas nos comunicamos más fácilmente y con otras, no tanto.

Puede ser por la mezcla de colores o por compartir las sensaciones a través de los sentidos, pero con algunas personas se crea magia y con otras no.