El auge de la infidelidad femenina y el doble rasero social
Uno de los aspectos más llamativos del programa es cómo ha evidenciado que la infidelidad ya no es exclusivamente masculina. Según datos de Ashley Madison, el 29% de las mujeres estarían dispuestas a abrir su relación o flexibilizar las reglas de la monogamia, frente a un 19% de los hombres. Sin embargo, sigue existiendo un estigma: el 92% de las usuarias de Ashley Madison considera que la infidelidad femenina es juzgada más duramente que la masculina.
En La Isla de las Tentaciones, las mujeres han comenzado a asumir el rol de la infiel sin remordimientos, algo que desafía los antiguos paradigmas de género. "Siempre se había asumido que el hombre era infiel por naturaleza, pero el programa está demostrando que las mujeres también pueden dejarse llevar por la pasión de una infidelidad sin sufrir ningún remordimiento", explica Ferreiro.
Además, Ferreiro señala: "Este programa está sirviendo para que la gente fantasee con la infidelidad y dé rienda suelta a sus fantasías. La mayoría de quienes lo ven se imaginan en ese entorno, rodeados de tentadores y tentadoras, explorando qué harían en esa situación".
La monogamia en crisis: un reflejo del cambio social
En un contexto donde la fidelidad se pone en duda cada vez más, la monogamia está viendo cómo su supremacía se cuestiona abiertamente. Para Lara Ferreiro, psicóloga y experta en terapia de parejas, "El ser humano es polígamo por naturaleza. Con el tiempo, el efecto novedad se desvanece y muchas parejas buscan en la infidelidad una vía de escape", señala Ferreiro.
Ferreiro también apunta: "El programa muestra que la fidelidad no es simplemente un compromiso, sino una decisión que se enfrenta a múltiples desafíos. La infidelidad, en algunos casos, es vista como una necesidad para suplir carencias dentro de la relación".
Este fenómeno también se ve reflejado en la Generación Z, la audiencia principal del reality. A pesar de defender la libertad y la diversidad en las relaciones, los jóvenes aún muestran un deseo oculto por la estabilidad y la exclusividad. "Es una paradoja: buscan relaciones abiertas, pero al mismo tiempo quieren fidelidad. Están atrapados entre lo que desean y lo que han aprendido culturalmente", explica la psicóloga.
¿La Isla de las Tentaciones es adictiva?
Además del impacto emocional, el reality genera una fuerte adicción en los espectadores. Según Ferreiro: "El morbo y el drama refuerzan la liberación de dopamina en el cerebro, lo que contribuye a que la audiencia no pueda dejar de verlo. Cada traición, cada reconciliación, cada reacción dramática es como una recompensa que engancha al espectador".
Otro aspecto que destaca Ferreiro es la falta de autocrítica en los participantes: "Muchas veces, una persona percibe la infidelidad del otro como una traición, mientras justifica la propia con argumentos como 'esto no es lo mismo' o 'mis motivos son diferentes'. Este doble rasero se ve reflejado en el programa constantemente".
El fenómeno viral de Montoya y el “sexo de la venganza”
El icónico personaje de Montoya ha acaparado todas las miradas en esta edición del reality. Su momento más viral ha sido el llamado “sexo de la venganza”, en el que fue infiel a su pareja Anita después de descubrir su propia infidelidad. Según Ferreiro, este comportamiento responde a un fenómeno emocional conocido: "Cuando alguien es traicionado, el deseo de 'igualar la partida' puede ser tan fuerte que lo lleva a actuar de manera impulsiva. En este caso, Montoya se dejó llevar por la rabia y el dolor, en un intento de restaurar su autoestima".
Finalmente, Ferreiro añade: "El programa no solo revela cómo reaccionan las personas ante la tentación, sino que también funciona como un experimento de cómo se comportan frente a la traición, el deseo y la culpa. En última instancia, refleja la lucha entre el instinto y las normas sociales que regulan el amor y la fidelidad".
Por su parte, Christoph Kraemer, Director General Europa de Ashley Madison, concluye: “Mientras la sociedad sigue evolucionando en su concepción del amor y la fidelidad, Ashley Madison y La Isla de las Tentaciones demuestran que el modelo de pareja tradicional está en plena transformación. La monogamia ya no es considerada la única opción aceptable y, para muchos, la no-monogamia no es el fin del amor, sino una vía hacia la plenitud personal”.