En otras palabras, el RBA ha mantenido una política monetaria significativamente menos restrictiva que otros bancos centrales, lo que a su vez se traduce en un ritmo de recortes más lento. Hasta ahora, se trata de una estrategia de éxito: con una inflación que cayó hasta el 3,2% en el último trimestre de 2024, el objetivo del RBA del 2-3% está ahora al alcance. Al mismo tiempo, el Gobernador Bullock se declaró gratamente sorprendido por la solidez del mercado laboral: la tasa de desempleo se sitúa en el 4,1%, cerca de mínimos históricos, mientras que los datos publicados la semana pasada muestran que en enero la proporción de personas empleadas respecto a la población alcanzó un máximo histórico.
Como reflejo de la evolución económica, la inflación se ha moderado, pero el mercado laboral australiano emplea ahora a más personas que nunca. ¿Podría ser la «senda estrecha» australiana un modelo a seguir por otros bancos centrales?