En el Madrid más castizo, a tan solo unos pasos de la Plaza Mayor, nos aguarda un restaurante que nos adentra en una inolvidable experiencia cargada de historia, sabor y calidez. La Posada del Nuncio, dirigida por el talentoso chef Javi Sánchez, se ha convertido en un punto de encuentro imprescindible para quienes buscan algo más que una buena mesa. Este acogedor rincón, ubicado en la calle del Nuncio número cuatro, combina la estética de las antiguas casas de comidas con una propuesta culinaria que sorprende por su equilibrio entre lo clásico y lo inesperado. Javi, fiel a su alma madrileña, ha sabido imprimir en su carta una identidad que cruza fronteras sin abandonar sus raíces. Así, conviven en armonía sabores del Mediterráneo, aromas exóticos de la India o la intensidad de ingredientes japoneses, siempre sobre una base profundamente española.
Entre los platos más aclamados por los comensales se encuentran las croquetas de jamón, boletus y queso azul, sus famosos torreznos crujientes que homenajean a la tradición y el exótico arroz con gambones al curry. Mención especial merece su ensalada de pulpo con puré de mango, una mezcla audaz que refleja la creatividad sin estridencias de la cocina de Javi Sánchez.
El espacio, decorado con madera, plantas naturales y lámparas barrocas, invita a quedarse más allá del postre. Pero, lo que realmente convierte a La Posada del Nuncio en un lugar especial es el propio Javi, que se encarga de recibir personalmente a sus clientes y convierte cada visita en una experiencia entrañable e inolvidable.
Nuestra velada en La Posada del Nuncio comenzó con sus, ya famosos, torreznos que se han convertido en un buque insignia de la casa. Enormes, crujientes por fuera y sumamente sabrosos por dentro, nos recibieron de la mejor manera posible antes de pasar a probar un exquisito tartar de tomate con pimientos asados, burrata y anchoas. Un plato colorido, fresco y repleto de sabor, que nos condujo a un original milhojas de berenjena con pisto, queso de cabra y miel que nos sorprendió por su impecable equilibrio y exquisito sabor. Una delicia en toda regla, que nos llevó directos a unas tiernísimas flores de alcachofa con foie y jamón ibérico en virutas que son un verdadero espectáculo.
Continuamos con el rotundo risotto de Carlota que preparan con salsa de boletus, mascarpone, nata, parmesano y foie, que compartió protagonismo con los originales gambones al ajillo que van acompañados de una lágrima de salmorejo de berenjena, gambones al Pedro Ximénez salteados con ajo laminado y rematados con un divertido helado de aceite picual y una hoja de albahaca.
Nuestro festival de sabores concluyó con un sorprendente mar y huerta que elaboran con medallones de berenjena rebozados que van acompañados de trigueros y champiñones, aderezados con soja y salsa teriyaki, y coronados con huevo frito y gambón. Un verdadero espectáculo, que nos hizo rebañar el plato a conciencia antes de pasar al dulce momento final, que tomó forma en un irresistible flan de queso y una llamativa tarta árabe que nos acabó de enamorar.
La Posada del Nuncio es una oportunidad de lujo para redescubrir el alma de Madrid a través del estómago. En tiempos donde la autenticidad parece escasear, es un soplo de verdad, sabor y hospitalidad. ¿Nos vemos pronto en La Posada del Nuncio?
Ticket Medio: 45€
Web :https://laposadadelnuncio.es/