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Europa, pionera en la regulación del mercado cripto: los efectos de la Ley MiCA

ANÁLISIS DE LEARNING HEROES

La normativa facilita la tokenización, regulariza las stablecoins y asegura una mayor protección para el pequeño inversor

Redacción | Martes 13 de mayo de 2025
La entrada en vigor de la Ley MiCA (Markets in Crypto-Assets) en Europa a finales de 2024 supone un paso histórico en la regulación de las criptomonedas. Desde Learning Heroes, centro universitario online especializado en tecnologías disruptivas, destacan que la nueva normativa garantiza un régimen fiscal más claro y rastreable, sienta las bases para una tokenización legal y masiva, establece una regulación estricta para stablecoins y asegura una mayor protección para el pequeño inversor.

“La Ley MiCA sitúa a Europa en una posición de liderazgo, al ser una de las primeras grandes regiones en regular con visión de futuro este nuevo paradigma”, afirma Arnau Ramió, Co-fundador de Learning Heroes y experto en IA y Blockchain. “Aunque las criptomonedas han funcionado durante años sin necesidad de regulación externa, gracias a su propia arquitectura tecnológica, que garantiza la seguridad, la transparencia y la inmutabilidad de las transacciones, la ley MiCA ofrece a las instituciones tradicionales un entorno más claro y seguro para participar en el ecosistema cripto. Al estar sujetas a normativas estrictas, estas entidades ahora cuentan con la confianza necesaria para ofrecer productos y servicios vinculados a los criptoactivos”.

Régimen fiscal claro e impulso a la tokenización

Aunque MiCA no crea impuestos nuevos, obliga a que los emisores y plataformas de criptoactivos estén registrados, identificados y supervisados. Esto facilita que las autoridades fiscales nacionales puedan rastrear operaciones, verificar beneficios y aplicar impuestos ya existentes lo que supone un paso importante hacia un sistema fiscal más transparente en Europa.

Desde Learning Heroes señalan la posibilidad de tokenizar activos como uno de los avances más prometedores que impulsa la nueva regulación. Esto permitirá digitalizar elementos de valor como deuda, contratos, patentes u otros instrumentos financieros, facilitando su contabilización en tiempo real, aumentando su liquidez y haciéndolos más accesibles y transaccionables. “Esto no solo es una oportunidad para innovar, sino también para democratizar el acceso a los mercados y permitir una participación más equitativa”, indica Arnau Ramió. “La ley ofrece una regulación clara que facilita la tokenización, es decir, la emisión de tokens o fichas digitales que respaldan o representan el valor de activos reales”, amplía.

¿Cómo afecta la ley a los usuarios?

Los expertos de Learning Heroes indican que la aplicación de la Ley MiCA no implica ni facilidades adicionales ni restricciones para que usuarios e instituciones accedan a criptomonedas. La principal aportación de este nuevo marco regulatorio es la generación de confianza y seguridad jurídica, ya que exige información clara, pública y comprensible (libros blancos) antes de cada emisión. También prohíbe publicidad engañosa y permite el derecho de desistimiento para compras minoristas. Esto democratiza el acceso a la inversión en criptoactivos y reduce los abusos, estafas y asimetrías informativas que afectaban principalmente a los pequeños inversores.

Además, gracias a esta estabilidad, las instituciones financieras ahora pueden ofrecer criptoactivos y servicios relacionados a usuarios minoristas con mayor respaldo legal. “Desde la aprobación de los ETF o instrumentos de inversión híbridos entre fondos y acciones, tanto empresas de Estados Unidos como de Europa pueden invertir en criptomonedas de forma más sencilla. De esta manera, están en condiciones de ofrecer servicios vinculados a criptoactivos. El nuevo marco regulatorio permite que estas entidades comiencen a operar con estos activos con mayor seguridad y confianza”, señala Ramió. “Esta situación es clave para la entrada de los bancos en el mercado de las criptomonedas”.

La seguridad jurídica y la claridad que proporciona el nuevo marco regulatorio actúan como incentivo para que las entidades financieras comiencen a invertir y a ofrecer servicios cripto que respondan a la creciente demanda. Esto resulta especialmente beneficioso para los usuarios sin conocimientos técnicos o experiencia en inversión, ya que podrán acceder a estos activos a través de productos regulados, como los ETF, mediante una comisión gestionada por el banco. “La participación de los bancos no solo ayudará a satisfacer la elevada demanda, sino que también podría facilitar la entrada de cientos de miles de millones de euros en el ecosistema europeo”, comenta el experto.

Más cerca del Euro digital

Hace unos meses, el Banco Central Europeo confirmó su intención de desarrollar un euro digital: una versión del euro tradicional basada en tecnología blockchain, con el objetivo de aprovechar los beneficios que esta ofrece. Según los expertos de Learning Heroes, su implementación es perfectamente viable desde el punto de vista tecnológico. Esto implicaría que el BCE podría crear su propia blockchain para emitir un activo digital, el euro digital, que permita realizar transacciones de forma más ágil y eficiente. En este sentido, la Ley MiCA establece que las stablecoins que se refieren a monedas fiduciarias solo podrán ser emitidas por entidades autorizadas como bancos o empresas reguladas, y estarán sujetas a requisitos de reserva, transparencia y control de riesgos. De esta forma se allana el camino para la futura incorporación del euro digital al ecosistema financiero europeo.

“La creación del euro digital no cambiaría la naturaleza del euro tal como lo conocemos, ya que, en muchos aspectos, este ya es digital. La diferencia clave es que, al basarse en blockchain, el euro digital ofrecería mayor transparencia, velocidad, accesibilidad, reducción de costes y, potencialmente, una mayor inclusión financiera”, señala Ramió desde Learning Heroes. No obstante, advierte, también plantea importantes desafíos: “Un euro digital significaría un nivel de control mucho mayor por parte del BCE sobre las transacciones, lo que podría traducirse en más regulación, más política y, en definitiva, un mayor grado de supervisión económica a escala europea”, concluye.