Análisis y Opinión

‘Torrente VI’, Ábalos y la banda de la caspa

CARTA DEL PRESIDENTE

· Por Alfonso Merlos, Presidente del Grupo ‘El Mundo Financiero’

Alfonso Merlos | Domingo 18 de mayo de 2025
Hace ya unos cuantos meses que Santiago Segura desveló el título de la sexta entrega de la saga: ‘Torrente, presidente’. Sin entrar en detalles, podremos ver en breve en acción a José Luis Torrente, un policía machista, racista y franquista haciendo de las suyas por las calles de vaya usted a saber qué ciudad de las que ‘apatrulla’ desde 1998. Es indudable a qué se debe que un humor tan corrosivo haya alcanzado tales cotas de popularidad y haya llevado tantos millones a la taquilla, vez tras vez. Y también lo es que, en esta sexta entrega de la saga tenemos, irremediablemente, un cambio de guión sobrevenido. ¿O no?

En efecto, buena masa de los espectadores, del propio cuerpo social español había interpretado que ciertos comportamientos extremadamente grotescos, machistas, de matón de barra de bar, de portero de bolera, de chulo de quinta regional, de inclinación por la compañía de ‘sobrinas’ eran más propios de los herederos del franquismo, de la derecha española ultramontana, de ciertos señores del PP, en fin, que añoran otros tiempos y otros usos pero, ¡nada más lejos de la realidad!

La banda de Ábalos, desgraciadamente porque lo han hecho arrasando con el dinero de los españoles, se ha convertido en el mejor espejo en el que podría mirarse José Luis Torrente. En efecto, ni en el más rebuscado de los guiones se podría haber planteado que España, 2025, era un país en el que había políticos que contrataban a ‘seguratas de clubes de luces’ o a prostitutas de catálogos baratos para ocupar diversos cargos en la administración, ¡altos cargos incluso!, como ha sido el caso de Koldo, preboste de la banda de la caspa.

Tan es así, que cuando en cuestión de meses irrumpa de nuevo Santiago Segura en la gran pantalla, pocas dudas quedarán de que esos tiempos y esos usos atribuidos de manera facilona a los nostálgicos del franquismo son exactamente los que han gastado los integrantes de la banda de Sánchez (herederos de los que ya avanzaron, entre prostíbulos y cocaína, la cuadrilla de los ERES falsos en Andalucía). Así se escribe la Historia… y de ahí, probablemente, la obsesión cerril, de los socialistas, por revisarla y falsificarla. Tienen trabajo.