No es sólo estadística. Es un drama a plena luz del sol. Ahí están testimonios significativos, representativos, dolorosos de ciudadanos asegurando en cada telediario ante las cámaras a pie de playa que cuando hace pocos años podían permitirse vacaciones de un mes, tras verse obligados a recortar a apenas dos semanas, han pasado a vacaciones… ¡de una semana!
Con los individuos responsables de este desastre, de este malestar, tumbados al sol de La Mareta o de otros rincones de España o fuera -disfrutando a placer del agosto-, lo verdaderamente sorprendente es que en este país no haya una contestación contundente y definitiva para poner contra las cuerdas a los malhechores que arropan a Sánchez, hasta desalojarlos de sus poltronas.
No. El “¡Pedro Sánchez, hijo de …!” que se corea, en los cuatro puntos cardinales en los conciertos estivales -antes de viralizarse en Insta- no parece que vaya a concentrar la solución a un problema gravísimo que requiere de una contestación superior: el de unas clases medias absolutamente achatarradas, saqueadas, a las que fruto de una política abrasiva de tasas e impuestos interminables y un Estado que económicamente les aplasta, les queda para lo justo… ¡o ni eso!
No. Una sociedad desarrollada es imposible que progrese en estos parámetros. Se rompe. Se hunde. Se deprime. Españoles que, para intentar salir del marasmo, bajan el tamaño de su cesta de la compra. Que donde antes compraban 24 artículos de media, ahora pasan a 12.¿Qué clase de broma es ésta? ¡Qué vergüenza!
Ésta es la economía que, de acuerdo con las indoctas tesis de los personajes sin formación y sin escrúpulos que rodean a Sánchez, va como un cohete. La disminución del gasto, la fragmentación del gasto, la concentración en las promociones y los descuentos en el súper… toda suerte de maniobras y trucos y trampas (es como hacerlas en el solitario muchas veces) más propias de tiempos de carestía que de 2025.
Hay axiomas implacables: de un grupo de miserables sólo cabía esperar la creación de miseria. ¿Cuán extenuante será el camino de la recuperación? ¿Cuándo, por fin, con la salida de estos bandidos, podrá comenzar?