Sí marica es una palabra que emplea el ministerio, es una palabra digna para un ministro y si además está empleado por el de cultura, le reviste de mayor propiedad para actuales o pasados.
Algunos de mis amigos dicen que ni por el forro se acercan a un Museo Nacional. Mis amigos están hasta los genitales (ellos y ellas) de que se les cosifique, clasifique o intenten vulnerar su intimidad. Decir o justificar a estas alturas de la copla que se tiene amigos homosexuales es tan humillante como decir “pobrecito, es cojito pero es muy listo” o “conozco a musulmanes que son normales”.
Mis amigos me dicen que empiezan a preocuparse por la obsesión del Ministerio por meter con calzador cuestiones como diversidad e identidad de género y otras majaderías, como si el ciudadano español no se hubiera enterado hasta ahora, que hay personas que follan como quieren y con quien quieren y que a mi, personalmente me da absolutamente igual. Eso si, siempre que se folle dentro de la legalidad vigente en términos de exhibición pública o respete la ley de bienestar animal o gente mayor de edad que haya podido dar su consentimiento.
Mis amigos se preguntan con preocupación que sí a la exposición “El Museo más Marica del Mundo” solo fueron 25 maricas, ¿qué pasa con los otros 444.475 gays restantes que parece están censados en Madrid?. Me preguntan porque no hay el mismo censo para emigrantes ilegales, bandas criminales, manteros o grafiteros. También preguntan que si se empadronan como maricas desgravarían o si los maricas catalanes tienen otro régimen fiscal, a lo que respondo que me avisen, que sí así fuera, hétero el último.
Mis amigos se cuestionan si calificar un Museo Nacional como el de Artes Decorativas como El museo más marica del Mundo podría provocar un efecto llamada internacional con resultados decepcionantes por parte del visitante marica, ya que se trata de un museo de antigüedades y artes aplicadas, sin más. Algunas muy rancias es cierto, pero es que no somos ingleses, y que por su afición y respeto por las antigüedades, aquella isla debe estar a rebosar de maricas. Me aseguran que jugar a descubrir mariconadas, guiños del artista o reivindicaciones de libertad, identidad o género en el arte no es más que una deprimente muestra de incultura obsesiva por parte del Ministerio de Cultura.
Algunos de mis amigos, entre los cuales hay artistas, historiadores, abogados, ingenieros, arquitectos, periodistas y otros profesionales, me dicen reniegan de lo del LGTBIQ+ porque lo consideran un circo de los horrores tipo Long Island. “ Y que no se confunda la gente -me dicen- y que a ver si va a ser verdad, que una cosa es ser marica y loca y otra que homosexuales y lesbianas tengamos estudios” y que aseguran que Leonardo, Miguel Ángel, Donatello, Frida, Tamara, Palencia, Zobel, Basquiat, Warhol, Bacon, Annie Leibovitz y no sé cuantos más, estaban más interesados e interesadas en que se reconociera su arte y no con quien o como follaban.
Muchos de ellos fueron tan relevantes, admirados e importantes en vida que importó poco la cuestión de sus tendencias. Solo en etapas políticas reaccionarias, retrogradas, incluyentes y excluyentes como la que vivimos, se atreven a violar sin consentimiento su privacidad, como la de alguno de mis amigos.
La expo del Museo Nacional de Artes Decorativas, El museo más marica del mundo, se celebró en junio pasado. Tal vez ya no sea actualidad o si, ya que recomiendo visitar la agenda prevista del Ministerio de Cultura para ver lo que tiene programado en los 16 museos del Estado, y entonces ustedes deciden, aunque sinceramente empieza a ser demasiado aburrido y cansino lo de crear ghettos o descubrir las secretas y enfermizas obsesiones de quienes nos gobiernan.
De nuevo la pregunta que lanzo desde hace semanas ¿El Patrimonio de todos debe estar en manos de políticos ignorantes para sus votantes y soflamas?.
Y aquí no hay color, porque no se salva ninguno…