Análisis y Opinión

Ocupación

-"Nunca la vida es lo contrario de la muerte pues nunca un nuevo alumbramiento sirve para que vuelva a respirar un viejo finado"-

Julio Bonmati | Domingo 19 de octubre de 2025
A veces, cuando menos lo esperamos y por sorpresa nuestro inevitable olvido es vencido, son los benditos amigos guiados por su peculiar e inmutable intuición quienes madrugan nuestra próxima emoción y a modo de extraño juego de contrapesos, haciéndonos un pequeño homenaje, son los que nos recuerdan lo que una vez hicimos o dijimos; y así en este caso una amiga de vivaces ojos atentos, con la mirada ocupada en no dejar escapar el tiempo, ha sido quien amablemente conmigo lo ha hecho a través de un compartido micrófono de ninguno de los dos del todo propio; y uno no puede evitar gratamente reconocerse tras escucharlo y se da cuenta de que para nuestra suerte no siempre la versión más completa de nuestra verdad ya está escrita, firmada y rubricada, y por tanto siempre se es susceptible de mejora; insisto ello acontece mayormente gracias a los amigos.

Nunca he tenido a los opuestos necesariamente por contrarios, sobre la base de que los opuestos, entendidos en el sentido de lo que se puede confrontar, aunque se excluyen imperativamente no se tienen por qué eliminar, para mí lo realmente contrario de algo es lo que lo hace desaparecer del todo, y por ello la luz sin duda alguna es lo contrario a la oscuridad; pero dos ideas opuestas, que no necesariamente contrarias, en la cabeza de la misma persona, si con habilidad e inteligencia se manipulan adecuadamente por su dueño, se puede conseguir que cedan un poco ambas para llegar a un acuerdo y convivir pacíficamente, sin que ninguna tenga que abandonar para siempre la morada, fundamentalmente basando la cohabitación en un ordenado intercambio de manera que siempre una permanece más latente que la otra.

Sobre la base de lo anterior siempre he pensado que lo contrario de la “no vida” es la vida por ser esta última la que hace desaparecer para siempre aquella con su aparición y a su vez manteniendo la cadena la muerte es realmente lo contrario de la vida al posibilitar su final; pero nunca la vida es lo contrario de la muerte pues nunca un nuevo alumbramiento sirve para que vuelva a respirar un viejo finado.

Y siguiendo con el razonamiento sobre la base de análoga regla, la de ser la muerte por ser posterior a la vida el contrario que esta última elimina y la hace desaparecer, desde hace mucho tiempo considero que lo realmente contrario a estar preocupado no es como pudiera parecer estar despreocupado, sino que es estar ocupado, como ahora explicaré.

Parto de una frase muy conocida que dice “Si tus problemas tienen solución ¿Para qué te preocupas? Y si no tienen solución ¿Para qué te preocupas?” Y así:

Estar despreocupado ni mucho menos es una liberación, lo que nos libra de la preocupación es estar ocupado, y ¿Por qué no nos libera la despreocupación? Primero, porque es una de las tres únicas primigenias posibilidades de manifestación vital con las que venimos a este a veces hostil mundo, las otras dos son por este orden que no es baladí, el llanto y la sonrisa, todo lo demás es adquirido con el paso del tiempo; y segundo, porque por algo los pragmáticos escribimos de izquierda a derecha y sobre la base del orden de los prefijos (des-pre-ocupado) y la capacidad humana de quitar y eliminar las sucesivas capas que cubren para llegar a la esencia, la despreocupación es previa a la preocupación [y por tanto es esta la que elimina aquella] y a su vez la preocupación es previa a la ocupación, y de esta manera, por lo antedicho, solo lo que elimina algo preexistente cumple la condición de contrario. Con lo cual concluyo en interés de mi tesis qué solo la ocupación es lo que acaba con la preocupación y en tal caso, repito, es su real contrario.

A su vez, tomando las cuatro fases cualitativas objeto de aspiración en un incremental racional grado de desarrollo del conocimiento: inconscientemente incompetente, conscientemente incompetente, conscientemente competente e inconscientemente competente, en mi egoísta interés en facilitarme la trashumancia por la vida a efectos de quedar libre de la preocupación que más de una vez como a todos también me aflige y que cuando esto ocurre estoy deseando liberarme de ella, hago la siguiente asociación y establezco para mi consumo propio, aunque nada impide su generalización, según su grado preocupación/ocupación los siguientes cuatro estados de transición: despreocupadamente desocupado, preocupadamente desocupado, preocupadamente ocupado y despreocupadamente ocupado.

Y de la misma manera que me esfuerzo en la aplicación efectiva de mi saber para llegar a ser inconscientemente competente, es decir que cuando procede poner en práctica mis competencias de ese saber automáticamente ahí están por sí solas ellas en movimiento actuando de manera directa e inmediata, sin tener que pensar primero que debo hacer y luego cómo ejecutarlo (por ejemplo: al conducir piso el pedal del freno al ver la luz roja trasera del coche que me precede como un acto reflejo sin necesidad de pensar primero en hacerlo antes de llevarlo a término, pues más me vale que así sea para evitar el choque), así hago con la ocupación, es decir procuro mantenerme permanentemente ocupado concentrando y focalizando toda mi atención en lo que estoy haciendo en cada momento, con igual intensidad sea ocio o negocio, sin dejar la mínima posibilidad de hueco en mi cabeza para la preocupación.

Llegados aquí con base en lo antedicho os hago partícipes de mi personal versión de la famosa frase reseñada unos párrafos más arriba “Si tus problemas tienen solución ¿Por qué no te ocupas? Y si no tienen solución ¿Por qué no te ocupas?” En el primer caso para solucionarlo y en el segundo aunque solo sea para anular en tu cerebro la preocupación.

El juego de la ocupación y la preocupación tiene efectos psicológicos innegables tanto en sede propia como ajena, y así me acuerdo de aquellos dos rivales, muy deportivos ambos, cuando justo antes de empezar la competición uno educadamente al otro dijo ¿Puedo decirle algo y hacerle una pregunta? Y el otro respondió, sí, pero queda usted debidamente advertido de que solo la contestaré si la respuesta no le proporciona una ventaja.

La conversación a continuación la concluyó el que había hablado primero con un, juzgue usted si al hacerlo me la proporciona, y añadió, vista su cara de preocupación imagino que para cuando le derrote, anticipándose a ello ya habrá pensado en buscar otra ocupación ¿No? Y ya solo entre ellos quedó el silencio que aporta el anuncio de la buena lid que a continuación aconteció.

Y si eres curioso y quieres saber quién de los dos venció, no pienso proporcionarte la única solución acertada que tuvo la confrontación, y ya te informo de que solo la podrás deducir correctamente si durante tus próximos minutos te despreocupas de todo y solo los ocupas en disfrutar del mental reto de analizar con lógica informal la conversación.