Análisis y Opinión

No nos engañemos. Hay que enfrentarse firmemente a la izquierda

· ¿Qué es la izquierda en esencia? Es esa opción política que pretende tener el monopolio del progreso, de la justicia social, de la libertad y de la verdad histórica y, sobre todo, es aquella que no denuncia al marxismo como una ideología criminal

Enrique Sánchez Motos | Viernes 07 de noviembre de 2025
Ideológicamente la raíz fundamental de la izquierda, desde el siglo XIX hasta hoy, es el marxismo, el cual, de forma consciente o subliminal, engaña a los izquierdistas, haciéndoles creer que ellos son los buenos y que los demás son los malos; que la única vía es la lucha y la confrontación violenta con el adversario político; que todo lo que dicen los demás no vale nada y que cualquier medio, la mentira e inclusive la violencia, es aceptable para que sus tesis de izquierda sean aplicadas.

Obviamente muchos de los que lean este artículo pueden decir “yo me siento de izquierdas, pero no comparto esos puntos de vista”. Bien. Yo les pregunto: ¿Eres capaz de decir en voz alta que el marxismo es una ideología criminal? No se atreven. Cierto es que muchos de ellos no saben ni lo que es el marxismo, como también les ocurre a muchos de la derecha, pero el marxismo es una ideología realmente malvada que adoctrina a sus seguidores. Tanto es así que, hasta el bueno de Gorbachov, el que llevó a la caída del Muro de Berlín, siendo ya secretario general del partido Comunista de la Unión Soviética, no sabía tampoco lo que era el marxismo puesto que, como decía en su famoso libro, de 1987, “La Perestroika”, la solución que él proponía para lograr el progreso de la URSS, era “regresar a Lenin”. No había entendido nada

Igual ocurre con muchos de los que hoy se consideran de izquierdas. Por ello, al no haber entendido nada, siguen aplaudiendo al Frente Popular que nos llevó a la Guerra Civil, un Frente Popular que era marxista. Recordemos que el PSOE, desde que se fundó en 1879, en sus estatutos se declaraba marxista y así lo fue hasta que, cien años más tarde, en 1979, Felipe González modificó los estatutos y eliminó el marxismo como referencia clave del partido socialista.

Sin embargo, una cosa son los estatutos y otra es la realidad. Gran parte de los votantes socialistas siguen insistiendo en que el capitalismo es malvado de raíz. Pero, ¿qué es el capitalismo? El capitalismo no es, ni más ni menos, que aceptar la propiedad privada de los medios de producción, la iniciativa privada y el mercado libre, como imprescindibles para que una economía funcione. ¿Qué otra cosa si no, es la que ha llevado a la China comunista al éxito económico? China comunista cambió de rumbo en 1978, tres años después de la muerte de Franco, con Deng Xiaoping que reintrodujo la propiedad y la iniciativa privada y el mercado libre en China. Eso ha permitido que China, aun siendo una dictadura atroz, haya conseguido un gran desarrollo económico y elevar de forma significativa el nivel de vida de sus ciudadanos.

Hay dos cosas claves en Occidente que perturban la armonía social. En primer lugar, el populismo económico que no prohíbe la propiedad privada pero que se centra en incrementar el gasto público de forma desmesurada, lo que al final pone a la economía en peligro y crea una situación económica convulsa y explosiva. En segundo lugar, el seguir apoyando al marxismo, que es la auténtica raíz profunda de la izquierda, lo que se manifiesta en sus actitud comprensiva o connivente, con Cuba y Venezuela y con los “intelectuales” marxistas. En el fondo, siguen creyendo que el camino de la lucha de clases sigue siendo válido y que hay que eliminar el capitalismo para lograr la justicia social y el progreso. Y todo eso justifica también que, en aras de lograr y mantenerse en el poder, quepa negociar con cualquiera, sean separatistas o filoetarras.

En el tema económico, el presidente Milei de Argentina está dando un claro ejemplo de que hay que enfrentarse al populismo, que, con su desmesurado gasto público, su deuda pública y su déficit público, lleva destrozando a la rica Argentina desde hace más de medio siglo. Y de paso también está criticando la cifra de desaparecidos en la dictadura militar, que la izquierda cifra en 30.000 pero que fueron 6.348, según acredita el organismo oficial argentino Registro de las Víctimas del Terrorismo de Estado. Ni uno solo es aceptable, pero ¿cuántas víctimas ha criticado la izquierda en las dictaduras cubana y venezolana?

En España falta, y es imprescindible la crítica ideológica a la izquierda, para sacarlos de la mentira que reiteran por activa y por pasiva los intelectuales de izquierda y los medios progresistas. Esa crítica ideológica a la izquierda debe empezar por retornar a la Reconciliación, derogar la Ley de Memoria Histórica y educar y debatir con serenidad, para que los ciudadanos lleguen a ser conscientes de que el marxismo revolucionario fue, en gran medida, el máximo culpable de que se llegase a la trágica y lamentable Guerra Civil española

Por tanto, y para no alargar más este artículo, concluyo con su mismo titular, “no nos engañemos, hay que enfrentarse firmemente a la izquierda”. La izquierda está radicalmente equivocada en lo económico, el ejemplo de como China comunista ha implantado el capitalismo es inapelable. Pero sobre todo en lo ideológico, ya que no son capaces de darse cuenta de que la violencia y lucha de clases no es el camino para el progreso ni para la convivencia democrática. La Constitución, en su artículo 6, atribuye a los partidos políticos el papel de contribuir a “la formación y manifestación de la voluntad popular”. No cabe contentarse con propuestas de medidas de política económica, aunque sean importantes, hay que enfrentarse también, firmemente, a la raíz ideológica de la izquierda.