Salud

“La medicina estética no es un juego de agujas: es medicina y solo los médicos deben ejercerla”

ENTREVISTA

· Por el Dr. José Manuel Fernández Rodríguez, Presidente de la Associació de Metges Estètics de Catalunya (SMEC); Vicepresidente de la Sección Colegial de Medicina Estética del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB)

Redacción | Domingo 09 de noviembre de 2025
El Dr. José Manuel Fernández Rodríguez afirma que desde la Associació de Metges Estètics de Catalunya (SMEC) están plenamente comprometidos con la defensa de la medicina estética como acto médico y con la seguridad del paciente y asegura que trabajan activamente con los Colegios Oficiales de Médicos de Catalunya, con la Organización Médica Colegial (OMC) y con el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) para denunciar el intrusismo, promover la formación médica continuada y concienciar a la sociedad sobre la importancia de que estos procedimientos sean realizados exclusivamente por médicos.


1. Doctor Fernández, se habla cada vez más del intrusismo profesional en medicina estética. ¿Qué es exactamente y por qué es un problema tan grave?

El intrusismo profesional en medicina estética consiste en que personas no cualificadas ni legalmente habilitadas realizan actos médicos sin poseer el título de médico ni la formación necesaria. Esto ocurre cuando se llevan a cabo procedimientos diagnósticos o terapéuticos que afectan directamente a la salud del paciente sin cumplir con los requisitos legales. No estamos hablando de un conflicto corporativista, sino de un riesgo real para la salud pública.

La Ley 44/2003, de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), establece con claridad que corresponde exclusivamente a los médicos el diagnóstico, la indicación y la realización de actos médicos invasivos. Y la medicina estética lo es: no consiste en aplicar cosméticos, sino en realizar intervenciones sobre el organismo humano, muchas de ellas con potenciales complicaciones graves. Por tanto, el intrusismo pone en riesgo la seguridad del paciente, banaliza la medicina y atenta contra el derecho a una atención sanitaria de calidad.


2. ¿Por qué insiste en que la medicina estética es medicina? Hay quien la percibe como un ámbito “menor” dentro de la medicina.

Porque lo es en todos los sentidos legales, científicos y asistenciales. La medicina estética requiere un diagnóstico individualizado, una indicación terapéutica adecuada y un seguimiento clínico. Estos tres pasos, que son la base de cualquier acto médico, solo pueden ser realizados por un médico.

Además, la jurisprudencia española es constante: el Tribunal Supremo ha afirmado reiteradamente que la medicina estética es una rama de la medicina y, por tanto, está sujeta a las mismas normas que cualquier otra especialidad médica. Incluso procedimientos aparentemente sencillos, como la infiltración de ácido hialurónico, pueden causar complicaciones graves —como necrosis tisular, embolias, ceguera o reacciones adversas sistémicas— que solo un médico está preparado para diagnosticar y tratar.

3. Recientemente ha habido resoluciones judiciales en las que se sugiere que las enfermeras podrían inyectar ácido hialurónico. ¿Cuál es su valoración?

Efectivamente, ha habido alguna sentencia aislada en primera instancia que sugiere que la infiltración de ácido hialurónico no reviste especial complejidad y que, por tanto, podría ser realizada por personal de enfermería. Sin embargo, estas resoluciones están recurridas y no modifican ni la legislación vigente ni la jurisprudencia consolidada.

La Organización Médica Colegial (OMC) y el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) han sido rotundos: la infiltración de productos inyectables es un acto médico. Y lo es no solo por la técnica, sino porque implica un diagnóstico, una indicación terapéutica y la capacidad de resolver complicaciones médicas, todo ello fuera del ámbito competencial de la enfermería según la LOPS.

Que algo parezca “fácil” no significa que no sea un acto médico. Lo relevante no es la dificultad técnica, sino la naturaleza del procedimiento y sus riesgos potenciales.


4. ¿Entonces, cuál es el papel legítimo de la enfermería en medicina estética?

El personal de enfermería tiene un papel muy valioso y complementario en el ámbito de la medicina estética, siempre bajo la dirección y supervisión de un médico. Puede asistir en los procedimientos, colaborar en el seguimiento del paciente y desempeñar funciones de apoyo fundamentales.

Lo que no puede hacer, conforme al marco legal vigente, es indicar tratamientos, diagnosticar, decidir qué procedimiento aplicar ni realizar actos invasivos por iniciativa propia. Estas funciones están reservadas exclusivamente a los médicos, como establece la LOPS, el Código Deontológico de la OMC y múltiples pronunciamientos judiciales.

5. ¿Qué riesgos asume un paciente cuando un procedimiento es realizado por alguien sin titulación médica?

Los riesgos son muy serios. Aunque la medicina estética se perciba como una disciplina “suave”, muchas de sus técnicas son invasivas y conllevan riesgos potencialmente graves. Inyectar ácido hialurónico en el lugar equivocado puede provocar una oclusión vascular y necrosis tisular, o incluso ceguera si se afecta la arteria oftálmica.

Pero lo más preocupante es lo que ocurre después: un profesional no médico no tiene ni la formación ni la autoridad legal para diagnosticar ni tratar una complicación médica. En esos casos, cada minuto cuenta, y solo un médico puede aplicar tratamientos de urgencia, prescribir medicación o realizar procedimientos correctivos. La seguridad del paciente puede verse comprometida de forma irreversible.

6. ¿Qué dice el Código Deontológico de la profesión médica sobre estas situaciones?

El Código Deontológico de la Organización Médica Colegial es claro en varios de sus artículos: los médicos deben velar por que los actos médicos no sean realizados por personas no cualificadas y denunciar las situaciones de intrusismo que pongan en riesgo a los pacientes. Además, establece que es deber del médico proteger la dignidad de la profesión y la salud pública frente a estas prácticas ilegales.

Esto implica que la lucha contra el intrusismo no es solo una cuestión legal, sino también ética y deontológica. Nuestra obligación es proteger al paciente y garantizar que reciba una atención médica segura, basada en la evidencia científica y en la formación universitaria adecuada.

7. ¿Qué herramientas legales existen actualmente para combatir el intrusismo en medicina estética?

Además de la ya mencionada Ley 44/2003 (LOPS), que regula las competencias profesionales, el Código Penal español tipifica el intrusismo profesional en su artículo 403, castigando con penas de prisión y multas a quienes ejerzan actos propios de una profesión sin estar habilitados para ello.

Asimismo, los colegios profesionales están legitimados para emprender acciones legales contra quienes realicen actos médicos sin titulación. De hecho, existen ya numerosas sentencias firmes que confirman que la infiltración de ácido hialurónico y otros productos es un acto médico, y que sancionan a quienes los realizan sin ser médicos.

8. ¿Cree que existe un problema de percepción social respecto a la medicina estética?

Sí, y es uno de los principales retos que tenemos como colectivo médico. Existe una banalización preocupante de la medicina estética, muchas veces alimentada por el marketing y las redes sociales, que la presentan como un simple servicio cosmético.

Sin embargo, la medicina estética es medicina en el sentido más estricto: implica diagnóstico, indicación terapéutica, ejecución de un acto invasivo y capacidad para resolver complicaciones. Necesita conocimientos anatómicos profundos, farmacología, fisiopatología, urgencias médicas y criterios diagnósticos. La percepción social debe cambiar, y eso pasa por informar y por exigir que solo médicos realicen estos procedimientos.

9. ¿Qué mensaje le gustaría enviar a los pacientes que buscan tratamientos estéticos?

Que se informen, que pregunten siempre por la titularidad médica del profesional y que recuerden que su seguridad está por encima de cualquier oferta comercial. Un tratamiento médico no puede reducirse a un acto mecánico ni a un simple “pinchazo”.

La confianza en la formación, la experiencia y la capacidad del médico es la mejor garantía de que el procedimiento será seguro, eficaz y con respaldo científico. Los pacientes deben exigir que quien les atienda sea un médico debidamente colegiado y con formación específica en medicina estética.

10. ¿Qué líneas de trabajo tiene la SMEC en relación con este tema?

Desde la Associació de Metges Estètics de Catalunya (SMEC) estamos plenamente comprometidos con la defensa de la medicina estética como acto médico y con la seguridad del paciente. Trabajamos activamente con los Colegios Oficiales de Médicos de Catalunya, con la Organización Médica Colegial (OMC) y con el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) para denunciar el intrusismo, promover la formación médica continuada y concienciar a la sociedad sobre la importancia de que estos procedimientos sean realizados exclusivamente por médicos.

Además, impulsamos acciones legales cuando es necesario y colaboramos con las autoridades sanitarias para mejorar la regulación y la inspección. Nuestro objetivo no es excluir a nadie, sino proteger a los pacientes y garantizar la calidad, la seguridad y la ética en la práctica de la medicina estética.

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