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Redescubrir Carabanchel

· Por Antonio Sánchez Molledo, Cronista Oficial y autor de Mis Paseos por Carabanchel

Sábado 22 de noviembre de 2025
Carabanchel se ha convertido de un tiempo a esta parte en el epicentro del arte de vanguardia. Sin embargo, Carabanchel es mucho más. Su latido se percibe en cada esquina y en una misma tarde se convocan decenas de actos y eventos de diferentes características, que suelen contar con una nutrida asistencia. Y es que, con sus 250.000 habitantes, Carabanchel se une al empuje de la ciudad de Madrid, sobresaliendo por la multiplicidad y variedad de sus convocatorias. Buena cuenta de ello es la entrega de los premios T de Telva, en la Galería Veta by Fer Francés, que constituyó -hace unos días- todo un alarde organizativo con un despliegue nunca visto en la zona e impensable unos años atrás.

Carabanchel, en otro tiempo sólo conocido por su cárcel y la plaza de toros, ha sabido reinventarse sin renunciar a su historia y tradiciones. Es precisamente esta conjunción la que le hace diferente y único.

Paseando por sus calles es posible tomar un delicioso chocolate con churros para empezar la mañana y continuar después visitando el Cementerio Británico, por ejemplo, una joya arquitectónica tan poco conocida como recomendable y seguir por la calle Salaberry hasta encontramos con la galería de Sabrina Amrani, de 600 metros cuadrados. En la zona, media docena de galerías y espacios residenciales para artistas nos depararán grandes sorpresas. Y no se han instalado allí desalojando a antiguos moradores, sino que se han hecho un hueco reutilizando naves abandonadas que no resistieron los embates de las crisis económicas.

A media mañana se hace necesario un refrigerio. Nada mejor que un aperitivo al más clásico estilo. Mi recomendación, los famosos minutejos, ese sándwich inimitable y los entresijos y gallinejas de Casa Enrique, un manjar hoy igual que hace cien años.

A la hora de comer se abren mil posibilidades. Desde un restaurante peruano como Abrazzas, al cochinillo asado segoviano en el Astral, de la avenida de Oporto, pasando por el Burger D’Neto, o el restaurante La Capa, siempre repleto de un público disfrutón, donde es casi imposible encontrar acomodo.

La tarde la podemos aprovechar para pasear entre murales. El arte callejero más vanguardista nos asalta sin solución de continuidad. Imprescindibles son el de Santiago Ydáñez, en las inmediaciones de la Galería Veta, el homenaje a Francisco Ibáñez, en General Ricardos, el de Jofre en el Colegio Público Capitán Cortés, el de Abrahám Lacalle en Antonio de Leyva y por supuesto, la Dama de Vistalegre, de Shfir en la fachada de la antigua plaza de toros, Después podernos dar un apacible paseo por los jardines de la Quinta de Vista Alegre, recuperados para el disfrute de carabancheleros y visitantes, donde la Reina María Cristina vivió una intensa historia de amor, antes de ser adquirido por el Marqués de Salamanca.

Nada mejor para terminar el día que tomar unas cervezas en la fábrica de Patanel, -la cerveza artesana de Carabanchel- y hacer unas compras solidarias en la curiosa tienda de María Arellano, Planeta Ganga, donde te puedes llevar vestimentas utilizadas en series de TV y películas por los más conocidos actores y actrices.

El día le podemos concluir en Ora Contemporary, un lugar imposible de definir pero que se puede convertir en lo que tú quieras que sea. Allí con su directora Ana Barreneche, un portento de simpatía y creatividad, vamos a disfrutar de “Carabanchel es poesía”, un ramillete de poemas entresacados de mi libro “Mis paseos por Carabanchel”, junto a otras aportaciones de los asistentes, que seguro va a constituir un estupendo colofón a una jornada para el recuerdo, porque Carabanchel tiene tanto que ofrecer…

Todo esto y mucho más forma parte del referido libro que acaba de publicar la editorial ArteLibro, donde no sólo hemos pretendido mostrar sino motivar. Carabanchel enamora, ven y descúbrelo, con una nueva mirada.