Con un marco de 7.300 millones de euros para 2021-2027, reforzado además por la iniciativa STEP para acelerar la inversión en tecnología crítica, está claro: la innovación en defensa es ahora un imperativo estructural, no un lujo episódico. El 16 de octubre venció el plazo para el Programa de Trabajo del EDF 2025. Para los equipos de toda Europa, esta fue la línea de meta de un maratón de redacción de propuestas. Para los estrategas, fue el pistoletazo de salida para el ciclo 2026.
El referente de 2025: Lo que aprendimos
La convocatoria de 2025 puso sobre la mesa 1.065 millones de euros repartidos en 33 temas distintos. Aunque las estadísticas finales de esta ronda están pendientes, los datos públicos más recientes del EDF 2024 establecen un duro referente de competitividad: se presentaron 297 propuestas para una partida de 910 millones de euros, de las cuales solo 62 proyectos fueron finalmente seleccionados. Esto no es un juego para pequeñas ambiciones. El consorcio ganador típico en 2024 involucró un promedio de 15 entidades de 7 países diferentes. Las PYMEs fueron un componente crucial, constituyendo el 38% de las entidades seleccionadas y recibiendo más del 27% de la financiación, pero la escala de la colaboración es la característica definitoria. Los temas de 2025 señalaron claras prioridades de capacidad. La atención se agrupó en torno a la resolución de problemas distintos y de gran importancia:
De manera crucial, el Esquema de Innovación en Defensa de la UE (EUDIS) se consolidó nuevamente como la rampa de acceso estratégica para nuevos participantes. Con cuotas dedicadas para tecnología disruptiva y líneas dirigidas a PYMEs, EUDIS proporciona los servicios de matchmaking, aceleradora y coaching esenciales para integrar a innovadores de doble uso y PYMEs ágiles en el ecosistema de defensa más amplio.
La anatomía de un consorcio ganador
Mientras miramos hacia 2026, los datos muestran que el éxito en el EDF depende tanto de cómo se construye un equipo como de lo que se propone. Primero, las propuestas ganadoras se enmarcan en la resolución de una brecha de capacidad, no en completar una lista de la compra de herramientas. La evaluación exige un vínculo claro desde la I+D propuesta hasta una ventaja operacional tangible, ya sea en superioridad de detección, C2 (Comando y Control) resiliente o dominio submarino. Segundo, la elegibilidad es estrategia. El requisito de referencia (al menos tres entidades independientes de tres países elegibles) es solo el comienzo. Las reglas específicas de defensa sobre seguridad, derechos de propiedad intelectual (DPI) y propiedad son mucho más estrictas que en los programas civiles. Estas son decisiones del Día 1, no anexos del Día 100. Deben diseñarse en la gobernanza del consorcio desde el principio. Finalmente, los consorcios más exitosos fusionan la escala industrial de los contratistas principales (primes) con la agilidad de los innovadores de nicho. Los Primes deben usar EUDIS para buscar nuevo talento y gestionar el riesgo de novedad, mientras que las PYMEs deben aprovechar las convocatorias no temáticas para mostrar su potencial disruptivo.
Sus próximos movimientos: Posicionándose para 2026
Con la puerta de 2025 ahora cerrada, el trabajo comienza de inmediato.
El Fondo Europeo de Defensa es un maratón, no un sprint. El ciclo 2025 ha terminado; el ciclo 2026 ya está en marcha.