Análisis y Opinión

El valor oculto de los bonos corporativos que mantienen su fortaleza pese a unos diferenciales históricamente ajustados

ANÁLISIS PAYDEN & RYGEL

Por Paul Saint-Pasteur, gestor de Renta Fija de Payden & Rygel

Redacción | Miércoles 03 de diciembre de 2025
El mercado de renta fija corporativa sigue mostrando una solidez notable, con diferenciales en mínimos desde la crisis financiera global. Sin embargo, en un contexto de valoraciones exigentes y riesgos macroeconómicos a la baja, los inversores se preguntan si aún compensa mantener exposición a deuda corporativa frente a la soberana. Para Paul Saint-Pasteur, gestor de Renta Fija de Payden & Rygel, los rendimientos de la deuda corporativa son interesantes para un inversor a largo plazo.

"El mercado de bonos corporativos continúa mostrando una notable solidez. Los diferenciales han vuelto a situarse en los niveles más bajos desde la crisis financiera global y, en algunos casos, ciertas empresas incluso han logrado emitir deuda con diferenciales negativos, lo que refleja un riesgo crediticio percibido inferior al de sus propios gobiernos. Sin embargo, en términos históricos, unos diferenciales tan ajustados suelen generar rendimientos excedentes menos atractivos: el potencial alcista es limitado, mientras que el riesgo de caídas aumentaría si los diferenciales volvieran a ampliarse.

En este contexto de valoraciones ajustadas, es razonable preguntarse cuáles son las ventajas reales de mantener bonos corporativos frente a los bonos del Estado, especialmente en un entorno en el que los riesgos macroeconómicos se inclinan a la baja y el ciclo crediticio parece acercarse a la fase final de expansión. Dado el perfil de riesgo asimétrico de los rendimientos excedentes del crédito corporativo, consideramos oportuno adoptar una exposición más moderada que en los dos últimos años, priorizando la deuda soberana. Aun así, los bonos corporativos siguen desempeñando un papel relevante a la hora de construir carteras más equilibradas y resilientes, en parte por su capacidad de diversificación, aunque exijan un enfoque más selectivo.

Los fundamentos empresariales siguen siendo sólidos: las perspectivas de beneficios y los indicadores de crédito continúan siendo favorables, mientras que se espera que las tasas de insolvencia permanezcan en niveles moderados. No sorprende, por tanto, que los diferenciales se sitúen en la parte baja de su rango histórico. Por el contrario, el panorama de la deuda pública es menos alentador: muchas economías afrontan déficits crecientes y un endeudamiento cada vez más oneroso, lo que complica su entorno fundamental. Esta divergencia entre los fundamentos del crédito soberano y el corporativo puede explicarse tanto por las medidas de apoyo que los gobiernos han brindado al sector privado durante crisis recientes como por la necesidad de políticas fiscales más expansivas para compensar los efectos del desapalancamiento empresarial sobre el crecimiento. Con unas cuentas públicas que probablemente seguirán siendo expansivas a corto plazo, los fundamentos del crédito y la dinámica de la oferta podrían continuar favoreciendo la deuda corporativa frente a la soberana.

La estrechez de los diferenciales tampoco supone necesariamente un obstáculo para los inversores con un horizonte temporal más amplio. Quienes puedan tolerar la volatilidad a corto plazo y mantener los bonos corporativos hasta su vencimiento deberían obtener rendimientos positivos, gracias a la contribución, aunque modesta, del diferencial adicional frente a los bonos del Estado. Además, pese a la compresión de spreads, los rendimientos totales del crédito corporativo siguen siendo atractivos en comparación con sus medias históricas, un factor que previsiblemente sostendrá la demanda de aquellos inversores que buscan asegurar niveles de rendimiento más elevados."