Análisis y Opinión

Puede que Merkel sea la reina de Alemania pero, ¿quién será el príncipe?

Merkel se queda sola: ¿Quién la acompañará? (Fuente: Handelsblatt)

ES PROBABLE QUE EN 2014 ALEMANIA TENGA QUE AFRONTAR UN CRECIMIENTO "0"

Por Steen Jakobsen (Analista de Saxo Bank)

Martes 21 de octubre de 2014
El resultado de las elecciones alemanas ha sido ideal para Angela Merkel en el plano personal, malo para Alemania y malo para las reformas pendientes tanto en Europa como en Alemania. Si bien los efectos no se han dejado sentir en los mercados a corto plazo, los rumores y por tanto la volatilidad se van a incrementar ya que nadie quiere unirse voluntariamente al gobierno de Merkel.



Exportaciones en el T4

Alemania experimenta una desaceleración de su crecimiento y las tensiones sociales son cada vez mayores ante un número de trabajadores pobres que ya se sitúa en los siete millones. Si a ello sumamos la ralentización de los mercados emergentes, nos topamos con una combinación que en el cuarto trimestre va a comenzar a causar estragos en las exportaciones alemanas. El gobierno es el último lugar en el que uno querría estar; en 2014, el crecimiento en Alemania se va a situar de nuevo en torno a cero con una acuciante necesidad de reformas. El SPD debería quedarse fuera del gobierno, como es probable que suceda.

Pero si el SPD se une al gobierno en coalición, la consecuencia serán menos, que no más, reformas. La política de la UE versará en menor medida sobre la austeridad y será más cercana al Club Med. Así pues, Merkel es una reina sin príncipe y ante la falta de cambios en el DAX y en el par euro/dólar, el mercado ha reaccionado esta mañana en consonancia.

El tira y afloja

Tras la victoria de Merkel y posterior fracaso al no contar con la mayoría, el tira y afloja está a punto de arrancar, una situación que, en muchos aspectos, podría recordarnos a las negociaciones que marcaron las Elecciones Federales alemanas de 2005. Algunos triunfos pueden salir caros. La victoria de Merkel se ha debido en gran parte a la derrota del partido que tradicionalmente ha abierto las puertas del gobierno, el FDP. Una vez desaparecido del panorama político y del lugar que ocupaba desde la Segunda Guerra Mundial, a Merkel no le queda otra que buscar socios para la coalición.

El problema al que se enfrenta es que entre sus dos posibles socios, el Partido de los Verdes y el SPD, reina el escepticismo. El SPD sigue padeciendo las consecuencias derivadas de su colaboración con Merkel tras la falta de criterio político del que fuera canciller, Gerhard Schröder, al convocar unas elecciones anticipadas en 2005. Si el objetivo real del partido es ponerse de nuevo al mando de Alemania, su mejor estrategia consistirá en hacer una fuerte oposición a Merkel y cimentar una base sólida y consolidar su posición en los länder para contar con el candidato adecuado en 2017.

Parece que en la época actual el nombre que más suena es el del alcalde de Hamburgo Olaf Scholz ... Esta mañana, los periódicos alemanes repiten una y otra vez esta misma cantinela: un triunfo sin mayoría. “Ya convivimos con la gran coalición y no fue especialmente positivo”, ha afirmado Hannelore Kraft, que preside la federación en Renania del Norte-Westfalia. "Se trata de un tema muy complicado para nuestro partido.” "La pelota está en el tejado de Merkel," ha afirmado el Secretario General del SPD Andrea Nahles.

Masacre

El problema al que se ha enfrentado el SPD en la oposición es que Merkel se ha mostrado más que dispuesta a hacerse con las causas del SPD y por tanto ha acabado por “aniquilarlos” al escorarse a la izquierda una y otra vez. En mi opinión, es una estrategia muy efectiva que deja al SPD sin elección. Uno solo puede mantenerse fuerte o acaba por desaparecer. El partido necesita recuperar la confianza, algo que resulta más factible estando en la oposición que en el gobierno. Ante la duda, un buen ejemplo es el FDP. El FDP es tan culpable del "éxito" de Alemania como lo es Merkel, pero es Merkel quien se ha llevado toda la gloria.

No obstante, si el SPD se une al gobierno, exigirá concesiones contundentes. El SPD ha insistido en su campaña en cuestiones de justicia social y en ayudas para los trabajadores sin poder adquisitivo, por lo que cabe esperar que suavicen parte de las duras reformas laborales que introdujeron hace una década y respalden la instauración de un salario mínimo a escala nacional. (Fuente: Telegraph.co.uk)

En cuanto al tema candente de la emisión de bonos en euros, el SPD ha respaldado abiertamente la idea de "más Europa". No obstante, sus votantes han reaccionado y por tanto ahora se muestran a favor, con la advertencia, tal y como sus dirigentes ya han recalcado, de que supondría modificar la Constitución alemana.

Austeridad

En caso de coalición con el SPD, el principal cambio sería la austeridad. El Zeit afirma que: "Tradicionalmente, los socialistas piensan en términos más internacionales que comunitarios. Participarían en el gobierno, pero se acabaría el “Merkelsche Austeritätkurs”. Sea cual sea el gobierno que se forme, la tendencia económica de base está clara. La victoria germánica en la lucha contra la crisis crediticia y la percepción sobre sí mismos tocó techo ayer. A partir de ahora, toca volver al trabajo. Merkel se va a encontrar en los próximos años con una agenda nacional igual de crítica que la comunitaria.

Trabajadores sin poder adquisitivo, salario mínimo, una Alemania dividida (Este frente a Oeste), un partido sin un heredero para su trono, una Europa que sigue sin contar con reformas que marquen el rumbo. Y a todo eso podemos añadir que Alemania se está convirtiendo en un lugar extremadamente caro para producir por su política energética. El gobierno prevé que el sobrecoste por las energías renovables aplicado en la factura de cada consumidor pasará de los 5,3 céntimos actuales a entre 6,2 y 6,5 céntimos por kilovatio/hora. ¡Esa medida supondrá un incremento del 20 por ciento del coste energético solo este año!

Los consumidores alemanes ya son los que pagan los precios de la electricidad más caros en Europa. Pero se aproximan subidas de precios por la incapacidad del gobierno para mantener bajo control su nueva política energética. La electricidad se está convirtiendo en un bien de lujo en Alemania y uno de los proyectos de futuro más importantes del país está totalmente en riesgo.

Y como siempre, toda acción tiene una reacción. Controlar la acción es mucho más fácil que controlar las consecuencias de la reacción, algo que descubrirán tanto Merkel como los consumidores alemanes en 2014.