Rusia quiere comprar cerdo a España, que es el quinto mayor productor del mundo, pero las trabas burocráticas y, seguramente políticas, de la UE, no lo permiten por el momento.
CAÑETE SE COMPROMETIÓ ANTES DE IRSE DEL MINISTERIO
Miguel Arias Cañete dejó a su sucesora, Isabel García Tejerina, la “patata caliente” sin resolver sobre la venta de cerdos a Rusia en plena crisis de Ucrania
Fernando Ruiz | Martes 21 de octubre de 2014
La crisis de Ucrania comienza a pasar factura a las exportaciones españolas: las ventas de cerdo producido en España hacia Rusia parecen bloqueadas y el Ministerio de Agricultura colapsado con unas decisiones, las de la UE, que han puesto en jaque los compromisos adquiridos por Miguel Arias Cañete con el jefe del Servicio Federal para el Control Fitosanitario de Rusia, Sergey Danikvert, durante su visita a España el pasado 14 de marzo. Ahora toda la venta de esta carne está en manos de las decisiones de una Unión Europea que comienza a depender demasiado de las sanciones impuestas por Estados Unidos, y muy poco de su propio criterio. Las ventas de cerdo a Rusia, que serían la salvación del sector, pueden terminar derivando en un acuerdo Chino-Ruso, si España no sabe jugar bien las cartas ofrecidas por Rusia durante su visita de marzo.
España cuenta en la actualidad con alrededor de 23 millones de cabezas de ganado porcino a las que, con la crisis, está costando sacar adelante en ventas. España ha tenido una suerte relativa con los brotes de peste porcina que se han manifestado en algunos países Bálticos y especialmente en Polonia, principal suministrador a Rusia. Rusia tiene ahora que buscar nuevos proveedores, pero la Unión Europea, y especialmente Alemania, han puesto serias trabas a que España suministre cerdos a Rusia en plena eclosión de la crisis con Ucrania y con restricciones y sanciones comunitarias en marcha, acordadas con los Estados Unidos. Sin embargo, es una cuestión que se debe resolver en breve antes de que Rusia opte por nuevas alternativas, como el cerdo procedente de China o Brasil, igual que ha hecho con el gas.
Si bien es cierto que la UE no está desempeñando un papel claro ni honroso en la crisis ucraniana –un papel bochornoso que comienza a recordar al efectuado durante la Guerra de Yugoslavia-, no es menos cierto que la Unión Europea está intentando poner todas las trabas posibles al comercio con Rusia, dejándose llevar, más cierto que probable, de las instrucciones políticas recibidas por la administración de los Estados Unidos en tándem con una UE que carece de criterio propio.
También es cierto que Rusia ha manifestado en diversas ocasiones que los estándares de control impuestos en la UE no son iguales a los que se manejan en Rusia: ni mejores ni peores, simplemente diferentes, aunque también se ha asegurado desde el Ministerio ruso correspondiente que se “fían mucho de una España que ya pasó su crisis de la peste porcina y que la superó con notable alto”.
Rusia sin embargo, conoce que para que cualquier país de la UE exporte tiene que obtener un permiso especial de la propia UE, y que España no podrá vender cerdos a Rusia si la UE no lo autoriza. Un trámite administrativo que podría echar por tierra las ilusiones de unos ganaderos, los españoles, que ven en la venta a Rusia su única salida.
Pero Rusia podría comenzar a valorar otras opciones, como comprar cerdos a China, que es el mayor productor de cerdo del planeta, con prácticamente la mitad de los cerdos de cría que nacen sobre los cerca de 1.000 millones que se producen anualmente en el mundo. España es el quinto productor de cerdo del mundo, después de Alemania, con 25 millones de cabezas. A China, con casi 500 millones de cerdos, le siguen Estados Unidos, con casi 60 millones, y Brasil, con casi 30. La producción española supone, por tanto, alrededor de un 2,5% de la producción total del planeta.
En la parte oriental de Rusia ya se están comenzando a proveer de cerdo chino, y nada tendría de particular que este cerdo chino terminada por copar todo el mercado ruso, en una alianza comercial que pone los pelos de punta a Estados Unidos y Europa: el bloqueo del cerdo polaco y báltico en Rusia ha sido un duro golpe para una economía, la de Europa Central y Oriental, que pivota demasiado sobre Rusia y Alemania. Si en países como Polonia o Hungría antes todo dependía de la planificación quinquenal del CAME, hoy todo dependerá de lo que decidan unos fondos estructurales, los de la UE, que se deciden en buena parte en tableros alemanes. La financiación por parte de la UE del eje Berlín-Poznan-Varsovia no anima aún suficientemente a una Polonia que ha pospuesto por segunda vez su incorporación a un Euro que ha visto tambalearse ya en varias ocasiones.
La venta del cerdo a Rusia es una de las primeras papeletas que tiene sobre la mesa de su despacho la ministra de Agricultura y Ganadería Isabel García Tejerina, un asunto que quedó "atascado" con el inicio de la campaña electoral para las Europeas, momento en que Arias Cañete dejó el ministerio para encabezar la lista del PP a las Elecciones Europeas, pero un asunto que también choca con las medidas adoptadas por el eje Berlín-Washington contra la Rusia de Putin. Los cerdos españoles tienen su viaje a Rusia pendiente, por tanto, de que el Ministerio español de Agricultura sepa negociar una salida airosa que no perjudique gravemente a los ganaderos españoles.