Análisis y Opinión

Y despertó la fuerza

LA ATALAYA DE ELDA

* Por Vicente Vera Esteve

Vicente Vera Esteve | Domingo 27 de diciembre de 2015
Escribo este artículo atrapado por el dulce solsticio de invierno que acaba de comenzar. Entramos en esos días típicos de estas fechas navideñas: algo de frío, nubes bajas, densa niebla que desaparece a medida que transcurre la mañana y, sobre todo, el crepitante fuego que nos ayuda a concentrarnos en la lectura de un buen libro o en la audición de un animado trío de jazz o de un sobrio cuarteto interpretando cualquier cosa de Haendel o Mozart. Y con este tranquilo y sereno entorno intento digerir o deglutir más bien los irreconciliables resultados de las elecciones generales del 20-D. Dicen los alemanes que ellos con un resultado como éste ya habría formado un nuevo Gobierno dispuesto a trabajar y planificar la próxima legislatura. Nosotros, en cambio, agotaremos todos los plazos constitucionales y, con toda seguridad, se nos volverá a llamar a las urnas.




Estoy pensando, como fórmula para evitar los telediarios y las tediosas tertulias de las semanas venideras, hacer caso a lo que señalaba el otro día Antonio Garrigues Walker en la Tercera de ABC, no es otra cosa que someterse a la técnica de la criogenia o la criopreservación, aunque el inconveniente es la necesidad de estar muerto. Este requisito dificulta mi decisión como fórmula para volver a la vida una vez transcurrido un periodo prudencial en el que España pueda gozar de manera estable de un nuevo Gobierno para los cuatro años de legislatura y llegar a 2020 con una imagen de país más rico, más culto y sobre todo con menos desigualdades.

De momento, y mientras se recupera la normalidad en el seno de la clase política, se recupera también el resuello después de una agotadora y pugilística campaña electoral, es urgente reducir el riesgo de ingobernabilidad, evitando que la prima de riesgo suba de temperatura. Es inevitable que ante el panorama de siglas a combinar, nadie tenga la bola de cristal o una certera capacidad de análisis político que consiga dar con la fórmula de pactos más idonea que permita investir al nuevo presidente del Gobierno, dentro de un plazo razonable y así contribuir al necesario optimismo que están demandando las empresas españolas y los inversores internacionales. No podemos tolerar que se nos tilde de ser un país ingobernable después de una larga experiencia democrática de cuarenta años. Lo que está pasando en Cataluña es de libro récord Guinness.

Al menos tenemos en nuestras pantallas el éxito taquillero más importante de la historia del cine, el estreno de lo último de la saga de Star Wars, dirigida por el ya experimentado J.J.Abrams “El despertar de la fuerza”, que según las previsiones de la financiera Goldman Sachs, solamente en concepto de taquilla la compañía Disney ingresará la friolera de 1.950 millones de dólares, que al cambio son casi 1.800 millones de euros. Fácilmente se puede convertir en la tercera película más taquillera de la historia. Tenemos esta película y otros estrenos que nos ayudarán a olvidarnos de los sesudos debates provocados por la fuerza despertada en las urnas y que ha encumbrado a las formaciones emergentes de Podemos y Ciudadanos. A partir de ahora cualquier decisión política y económica tendrá que contar con el beneplácito de estos partidos, de modo que presiento una legislatura menos dinámica, aunque sí más activa y parlamentaria. Sigo pensando que no será fácil encontrar un mínimo equilibrio para una eficaz gobernanza. A mí lo que más me inquieta es el nerviosismo que puede cundir entre los inversores internacionales y la repercusión peligrosa en los vaivenes en la prima de riesgo. Sabemos todos ya a estas alturas lo que significa el miedo y el temor ante una persistente incertidumbre política y económica. Siempre he comentado en este cornijal que España no está sola, pertenece a la eurozona y las cosas no se pueden demorar sine die. Deberíamos evitar el clásico tirón de orejas de la Comisión Europea.

Han sido los propios líderes políticos quienes han reiterado la necesidad de continuar con el proceso de reformas económicas, sociales y políticas. El tiempo pasa muy rápido y España tiene todavía muchos problemas sin resolver unos y en vías de solución otros. Evitemos por el bien del país que se eternice la constitución de un nuevo parlamento y cuanto antes, nos pongamos a trabajar, dando así una imagen de una España realmente preparada para afrontar los difíciles retos que tiene que afrontar. Como decía el editorial de un prestigioso diario económico nacional,”con la economía no se juega “.

A propósito de la coyuntura económica que disfrutamos en este periodo navideño, podríamos denominarlo de prudente y moderado optimismo. La variable del consumo está siendo parte muy responsable de ese optimismo que está consiguiendo que circule el dinero entre el comercio y la industria. Las familias han perdido ese miedo visceral que tenían metido en el cuerpo, el horizonte estaba teñido de negro y las luces largas seguían impidiendo ver la luz al final de túnel. Además, hace unos días la jefa de la Reserva Federal autorizó la subida de los tipos de interés en los EEUU. Medida esperada y que los mercados ya casi habían descartado. Esta medida y las que vendrán durante los primeros meses de 2016 contribuirán a favorecer nuestras exportaciones de bienes y servicios. También contamos con algún que otro viento de cola favorable: precio del petróleo bajando por días, política monetaria expansiva del BCE, paridad euro/dólar muy favorable, etc.

Termino con dos apuntes, uno económico y otro más bien poético. Desde el think tank Center for Economic and Policy Research (CEPR) se ha elaborado un interesante informe sobre si ha funcionado la austeridad en España, los autores Rosnick y Weisbrot, opinan defienden la tesis según la cual la recuperación económica actual será el resultado de un retorno de la confianza de los mercados, los consumidores y los inversores debido a la consolidación fiscal. Confiar en una consolidación fiscal favorable al crecimiento. En 1898 el insigne poeta y escritor nacido en Alejandría Constantino Cavafis de familia y tradición griega, nos deja una gavilla de excelentes poemas inspirados en la Grecia clásica, uno de estos lleva por título “Esperando a los bárbaros”: ¿Qué estamos esperando concentrados en el ágora? Es que los bárbaros llegarán hoy / ¿Por qué el Senado está sumido en una tal desidia?? ¿Por qué los Senadores ahí están sin legislar? / Porque los bárbaros llegarán hoy/ ¿Qué leyes ya podrán hacer los Senadores? Cuando lleguen los bárbaros ellos legislarán”. Feliz Navidad y que la fuerza les acompañe.