Ma visitó la isla Taiping, como uno de sus últimos actos como presidente en funciones.
EL ADIOS DE MA
· Por Joaquín Cañas (Corresponsal en Taiwán)
Joaquín Cañas (Corresponsal en Taiwán) | Viernes 29 de enero de 2016
Con la recién entrada al año 2016 y muy oportuno de cara a los próximos comicios presidenciales en Taiwán –ciertamente esperados por muchos-, Ma Ying-jeou ofreció un discurso de Año Nuevo bajo el lema “8 años de reformas crean un Taiwán mejor”, resumiendo las líneas y éxitos más destacados en las dos últimas legislaturas. La diplomacia, las relaciones con China, los lazos comerciales en el estrecho, la justicia social, la economía nacional y los desafíos energéticos se convirtieron en los puntos fuertes del mensaje. El Presidente naturalmente priorizó en su discurso los empeños diplomáticos, recalcando la importancia y el esfuerzo por la construcción de la Paz y la provisión de ayuda humanitaria, así como los distintos lazos internacionales en materia de seguridad, comercio, cultura y educación, con países como Estados Unidos –lo cuál no es de extrañar-, Japón, la Unión Europea, la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático, Nueva Zelanda y Australia. Relaciones que son, ciertamente, más fuertes que en las décadas pasadas. Nos recordaba que ya en 2016 son 161 países o jurisdicciones aquellos con los que existe posibilidad real de visado, en sus muy diversas formas, y no 54 países, como era en 2008. Ma se ha despedido del año dando paso al gobierno que tendrá que liderar Tsai Ingwen, candidata del independentista Partido Demócrata Progresista, que venció en las elecciones del pasado 16 de enero.
Taiwán se ha convertido, además, en un destino mucho más popular, siendo el aeropuerto de Taoyuan –en Taipei- catalogado como el más eficiente del mundo y con el mejor servicio. En 2015 se produjeron 10.43 millones de visitas, frente a las 3.71 millones en 2007.
Como constructor regional de Paz, se llegó en 2013 a una resolución pacífica y beneficiosa que ponía fin a 40 años de malentendidos y disputas con Japón, permitiendo al sector pesquero arreglar sus asuntos y poder extender sus operaciones a lo largo de 70.000 kilómetros cuadrados. Del mismo modo, Taiwán aprobaba el ya pasado 2015 un acuerdo con Filipinas, buscando también la resolución de disputas y persiguiendo la paz y la cooperación en materia pesquera.
El Presidente Ma destacó, por supuesto, la situación real y actual con China, asegurando la importancia de atenerse al Consenso de 1992 –como ya vimos, algo que también ocurrió en el desarrollo del reciente y mítico encuentro entre ambos líderes-, un consenso que hablaba de “Una China, y respectivas interpretaciones”. Es decir, “y la subjetiva y amplia interpretación que ambos puedan de tener del propio significado”. Esta ambigua definición es la que ha permitido precisamente a ambas partes encontrarse en “son de paz” durante casi 25 años, desde la fecha del Consenso. El asunto en cuestión, por cierto, dio lugar a la firma de 23 tratados desde entonces, casi nada. “La situación de hoy día nada tiene que ver con la de 1996 y la crisis de los Misiles en Taiwán, la paz en el Estrecho ha sido un proceso gradual y acumulativo”, añadía Ma.
De este modo, y mirando hacia el futuro, también expresaba su deseo por ver en la próxima administración un pragmatismo y una continuidad en materia de leyes y regulación, acorde a lo ya establecido hace 8 años.
Con respecto a la economía del país, Ma recordó que mientras la economía global no experimentó un balance muy positivo en los últimos 8 años, la economía taiwanesa siguió creciendo, con una renta per cápita que se sitúa hoy día en 49.000 dólares americanos, frente a los 22.600 dólares del 2008, y además con una mejor distribución de ingresos, más igualitaria. Por ello ocupa el puesto 19 en el ranking mundial.
Sin embargo, las industrias en Taiwán aún necesitan seguir la senda de la adaptación, transformación y renovación, algo que sólo puedo ocurrir –a juicio de Ma- a través de la liberalización económica. “Sólo un mercado más abierto y una competencia económica más fuerte nos permitirán trasladar nuestras ventajas económicas a un escenario mayor y más completo, y esta es una elección que la siguiente administración y nuestros ciudadanos no pueden evitar o rehuir”, señalaba.
Por último, habló los desafíos energéticos a los que Taiwán se enfrenta. “Nos hemos comprometido a reducir las emisiones a la mitad de los niveles de 2005 para 2050, y la administración ha puesto especial empeño e interés en el desarrollo de energía eólica y solar”. Sin embargo, es una realidad que el 98% de las necesidades energéticas del país proceden de importación. Por ello, quizás, escuchamos a Ma decir en el discurso “Tenemos que elegir con cuidado la energía, desarrollar fuentes alternativas y gradualmente reducir la dependencia nuclear”. Y finalizó haciendo un llamado a reforzar la democracia, los derechos humanos y el vigor de la ley, como posibilitadores de la auténtica democracia.
“Si el próximo gobierno toma las medidas oportunas y la ciudadanía sigue unida, trabajando codo con codo podremos construir una República de China más próspera y una mejor vida para las próximas generaciones”, concluyó.