La democracia, un revulsivo electoral para Madrid

Las Elecciones del 20 de diciembre de 2015, bridaban al PSOE una oportunidad para ser la alternativa a cuatro años de recortes, de pérdida de derechos sociales, laborales y de libertades públicas que han adelgazado nuestra democracia y limitado nuestra libertad como ciudadanos. Sin embargo, nuestro resultado histórico ha demostrado que no hemos sabido reconstruir un PSOE desde la base para recuperar el liderazgo social y Madrid, desgraciadamente, ha sido el máximo exponente de esa situación. Una de las situaciones más complicadas por las que hemos pasado fueron las Elecciones Generales de 2011, con un gran desgaste del Gobierno Socialista por la crisis económica. Fue muy difícil afrontar una contienda electoral en 2011 ofreciendo un proyecto alternativo desde el Gobierno.



No obstante, en la peor situación para el PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba consiguió en Madrid 10 escaños. Perdimos 4 escaños teniendo en frente a un PP fuerte en Madrid dominado por Esperanza Aguirre que todavía no estaba tocado por la corrupción, a UPyD como partido emergente que pasó de 1 a 4 diputados por Madrid y a IU que también obtuvo 4 escaños sin olvidar el movimiento 15-M.

Tras la dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba, en un ejercicio de responsabilidad y democracia y con un nuevo proyecto político labrado y renovado tras la Conferencia Política de 2013, la nueva dirección política no ha sabido enderezar el timón del PSOE ofreciendo a la ciudadanía un proyecto fuerte, sólido y creíble frente a la injusticia social y la pérdida de derechos consolidados por los Gobiernos socialistas.

Teníamos, especialmente en Madrid, no solo una oportunidad histórica de recuperar la base social, sino la obligación política de hacerlo para ser la solución de futuro frente a la corrupción, las políticas de austeridad y la voracidad privatizadora que acaban con los servicios públicos como la sanidad y la educación …., pero los ciudadanos ya no nos reconocen y no por errores ajenos, sino por los propios.

Las elecciones primarias de 2014, no solo no dieron respuesta a la necesidad de regeneración democrática del PSOE cuya puerta abrió Alfredo Pérez Rubalcaba con las instauración de elecciones primarias a la Secretaria General por elección directa de los militantes, sino que en Madrid ha sido cercenada hasta tal punto, que el 20 de diciembre hemos sido cuarta fuerza política a pesar de la corrupción, del paro, de los recortes, del incremento de la pobreza y de la emergencia social existente en nuestra Comunidad.

Hemos perdido la mitad de los escaños que obtuvimos en 2011, añadiendo que por primera vez en la historia no tenemos representación en el Senado. La desafección política no existe, solo existe en el PSOE porque el porcentaje de participación fue del 77,75% y el 20-D obtuvimos un 17,88% de los votos por detrás de C,s.

Por desgracia, la aritmética parlamentaria no ha dado para formar gobierno y las negociaciones han sido estériles, pero tras haber perdido esta oportunidad, más la de no haber celebrado un Congreso Federal que nos fortaleciera y renovara el PSOE en el tiempo que establecen los estatutos, tras haber cometido el error de cambiar las listas aprobadas por el Comité Regional del PSOE-M sin conocimiento y aprobación previa de los militantes y los órganos democráticos que representan al PSOE en Madrid y la incorporación de personas independientes que no representan los valores socialistas y han criticado duramente la gestión política del PSOE, todavía estamos a tiempo de ofrecer a la ciudadanía de un ejercicio de democracia interna. Una segunda oportunidad para las inminentes elecciones del 26-J

Apremia por los plazos, frente al inmovilismo, un cambio en el fondo y en la forma de aprobar la candidatura que los socialistas ofrezcamos a la ciudadanía para trabajar defendiendo sus derechos, la libertad y la justicia social que impregnan los valores de izquierdas. Es nuestro ADN y no el de otros.

No procede que Eduardo Madina se sitúe en el número 7 de la candidatura. Hay políticos que constituyen un plus y un valor añadido para hacer política en el Congreso durante los próximos cuatro años de los que no debemos desprendernos y uno de ellos es él.

Urge más que nunca dar una lección de democracia a partidos como Podemos y C,s que pretenden hurtar al PSOE los valores que no representan y la regeneración que no harán, más allá de los compromisos de salón como ocurre hoy por hoy en la Comunidad de Madrid con C,s que apoya a un PP que nada entre las aguas cenagosas de la corrupción.

Para conseguir un revulsivo y mejorar los resultados, impliquemos a los militantes empezando por valorar y considerar las decisiones que salgan de las Agrupaciones y demos oportunidades a miles de militantes madrileños que quieran participar representando a su Partido en las instituciones, eligiendo a los candidatos y candidatas mediante listas abiertas dentro de los procedimientos estatutarios.

Somos conscientes, del ámbito nacional de la candidatura madrileña y de la implicación de la Dirección Federal en la propuesta de candidatos. Eso no es incompatible con consultar a los militantes a través de las propuestas en las Agrupaciones o incluyendo las propuestas en una lista abierta que permita a los militantes del PSOE madrileño proponer a sus representantes en el Congreso sin deslegitimar a nuestros órganos regionales y federales.

Leí con gran preocupación las declaraciones de la Secretaria General de Madrid, Sara Hernández, explicando que estaba elaborando personalmente con la Dirección Federal la candidatura de Madrid y apostaba una vez más por independientes relevantes pertenecientes a la sociedad madrileña pero aprovecho para decirle a la Secretaria General, que los y las militantes madrileñas forman parte de la sociedad madrileña y constituyen un gran capital humano por su experiencia, conocimientos, preparación y compromiso con el Partido Socialista Obrero Español.

Madrid, no es cualquier Federación y la situación de Madrid lo que exige es más democracia que devuelva la ilusión para defender un Proyecto compartido que permita obtener unos resultados a la altura de lo ha sido y representa el PSOE en sus más de 135 de historia. Es necesario remontar y ganar devolviendo la ilusión por méritos propios porque por el desgaste y los deméritos ajenos, no lo conseguiremos.