Análisis y Opinión

Castelar, su tiempo y el nuestro

LA ATALAYA DE ELDA

Vicente Vera Esteve | Martes 21 de octubre de 2014
Considero que hoy en día lo que España necesita de verdad para sacarnos de este atolladero son grandes hombres de estado, personas cuyo pensamiento y filosofía política consista básicamente en ayudar, con energía y persuasión, a este país para resolver sus debilidades, sus carencias y encauzarlo, de nuevo, hacia el progreso y el crecimiento.


Ante estos momentos políticos y económicos llenos de dificultades, me viene a la memoria una gran personalidad, un enorme hombre de estado, D.Emilio Castelar y Ripoll (1832-1899), nacido en Cadiz pero muy vinculado a las villas de Elda y Sax en la provincia de Alicante. De todos es sabido su incomparable poder de la palabra, poseía una oratoria brillante y culta. Además de ser un gran estudioso de la Filosofía y del Derecho, fue, como digo, un gran estadista, desde muy joven alcanzó un primer puesto en el mundo del parlamentarismo democrático del siglo XIX, siendo el cuarto y último presidente de la I Republica española. No era economista, como él mismo decía, pero como gran defensor de la libertad, no entendía la libertad política sin la libertad económica y viceversa. Defensor a ultranza del librecambio frente a la ideología del proteccionismo, realizó esfuerzos denodados para acercar España a la nueva corriente europeísta que crecía en Francia, Italia, Bélgica, Inglaterra, etc. Al final no pudo alcanzar sus objetivos políticos, desistió y se marcho a París, mucha reflexión y dedicación exclusiva a la literatura. El pasado 7 de septiembre conmemoramos el 80ª aniversario del monumento a Castelar, inaugurado en el año 1932.

Algunos pensarán que esta entradilla dedicada a D. Emilio no tiene sentido casi dos siglos después de su periodo de esplendor. Considero que hoy en día lo que España necesita de verdad para sacarnos de este atolladero son grandes hombres de estado, personas cuyo pensamiento y filosofía política consista básicamente en ayudar, con energía y persuasión, a este país para resolver sus debilidades, sus carencias y encauzarlo, de nuevo, hacia el progreso y el crecimiento. Evidentemente para este proyecto hacen falta buenas alforjas y cabezas bien amuebladas.

Se está viendo con las negociaciones recientes, sobre si rescate si o rescate no, con la estructura bancaria oligoplista para acabar de una vez con la incertidumbre de sus balances definitivos. No son las actitudes al viejo estilo de Don Tancredo, las más eficientes para resolver, de una vez por todas, la elaboración de un programa presupuestario para los próximos ejercicios. Los inversores nacionales e internacionales quieren saber qué va a pasar con su dinero, es incuestionable reducir al máximo la prima de riesgo, estamos pagando una cifras astronómicas de intereses, está por ver cual va a ser las consecuencias económicas de esta crisis financiera para nuestro hijos y nietos, como advertía Keynes hace ya algún tiempo.

Por otro lado, parece que estamos de enhorabuena, la visita de la canciller Merkel y la representación empresarial alemana ha causado buena impresión, de alguna manera nos han dado su bendición económica. Esto puede significar que muy pronto podremos disponer de todo el dinero que necesite nuestra economía, se acabaron los sufrimientos por los próximos vencimientos de deuda, esto hará que el otoño sea menos caliente y nuestro representantes políticos puedan dedicar su tiempo a reflexionar y diseñar algún bálsamo de Fierabrás que estimule, de forma tranquila pero segura, algún atisbo de crecimiento económico. Está claro que una tasa de paro como la nuestra no puede ni debe prolongarse más tiempo, es muy cara y potencia la economía sumergida.

Parece ser que ahora toca reflexión, no precipitarse, estudiar a fondo las necesidades reales de nuestro sistema bancario, diseñar una hoja de ruta, se nos pide que tengamos calma, que todo se va a solucionar. Mientras tanto los ciudadanos estamos a la expectativa, haciendo encaje de bolillos para poder llegar a fin de mes, aumentos de IVA, incrementos de los servicios más necesarios para las familias, luz, agua, la botella de butano, la gasolina, etc. Aquí hay un asunto que no nos cuadra, todo este proceso de austeridad no está claro que al final conduzca, con las máximas garantías, a un nuevo Estado del Bienestar (Welfare State), no nos olvidemos que refinanciar la deuda es aplazar un problema a medio y largo plazo, si no es posible implementar políticas tímidas de crecimiento significa que estamos aplazando una losa, esto me recuerda al famoso Sísifo de la mitología griega. Y estoy de acuerdo con la opinión del financiero americano, George Soros, cuando considera que tendremos dos tipos de euro, uno para los países periféricos y otro para los países del norte liderados por el Bundesbank, de tal manera que estaremos pagando intereses durante largos y largos años. De manera que si no se acomete una reforma monetaria en Europa de forma inmediata será muy difícil que el desempleo en la Eurozona cese a medio plazo, son ya 18 millones de parados, España a la cabeza. Además de una industria en declive y poco innovadora. Reitero que Barack Obama, si gana las elecciones, debería señalar en su agenda, la organización de una cumbre euroamericana, un nuevo Plan Marshall para Europa, no podemos mendigar más al BCE y siempre bajo la sospechosa mirada del Bundesbank.

Afortunadamente y para aquellos que ya vamos entrando en años, nos consuela saber que la dichosa basura genómica ya no es tal, sino que podremos beneficiarnos de los estudios realizados sobre nuestro ADN, que parecía inservible y sabemos ahora que contiene unos elementos activos muy importantes para la regulación de los genes. Nos vendrá bien este revolucionario avance para poder soportar el peso de la piedra de Sísifo.
  • Vicente Vera Esteve es economista y escritor