Análisis y Opinión

Las consecuencias del trágico fracaso de la economía de Italia

Christopher Dembik es economista de Saxo Bank.

ESPECIAL REFERENDUM ITALIA: ITALIA NO PODRÁ CUMPLIR CON LOS OBJETIVOS DE DÉFICIT NI PARA ESTE AÑO NI PARA 2017

• Por Christopher Dembik, economista de Saxo Bank

Sábado 03 de diciembre de 2016
En un futuro próximo, el verdadero problema para los inversores no es el miedo a la recesión en Estados Unidos, sino el retorno del riesgo político en Italia. La primera semana de diciembre es muy arriesgada para el país y para Europa. De hecho, dos acontecimientos que probablemente aumentarán la volatilidad en el mercado se producirán al mismo tiempo: el referéndum constitucional del 4 de diciembre y la difícil recapitalización de Monte Paschi, que podría revivir las preocupaciones sobre el sector bancario europeo si no tiene éxito. Dependiendo del resultado del referéndum, los diferenciales para Italia podría aumentar varias decenas de puntos básicos y su calificación podría situarse en perspectiva negativa. La primera semana de diciembre es muy arriesgada para Italia y Europa. La difícil recapitalización de Monte Paschi podría revivir las preocupaciones sobre el sector bancario europeo. En caso de contagio europeo por la crisis política y bancaria italiana, el BCE aún tiene municiones para intervenir. Italia será el principal beneficiario del cambio de opinión de la CE en relación con el estímulo fiscal. Ahora que los rendimientos de los bonos soberanos están aumentando, los inversores tienen una buena razón para comprar acciones bancarias.





Como indica la última encuesta realizada antes del referéndum, el juego está lejos de terminar. El voto a favor del "no" se sitúa a la cabeza con el 42% de las intenciones de voto frente al 37% para el "sí". Sin embargo, como fue el caso con el referéndum del Reino Unido, los votantes italianos indecisos (21% de las intenciones de voto) son la clave de la votación.

A mediados de noviembre, el Primer Ministro Renzi recibió el inesperado apoyo de Bruselas. De hecho, Italia, que no se espera que cumpla con sus objetivos de déficit para este año y para 2017, es probable que sea el principal beneficiario del cambio de opinión de la CE en relación con el estímulo fiscal.

Sin embargo, puede no ser suficiente para el Partido Demócrata ganar el referéndum debido al creciente populismo y el sentimiento anti-sistema en toda Europa, especialmente en Italia.

En caso de que Renzi se vea obligado a dimitir y la recapitalización de Monte Paschi vaya mal, esperamos que los diferenciales para Italia aumenten varias decenas de puntos básicos y la calificación de Italia se sitúe en perspectiva negativa (actualmente se sitúa en BBB- con perspectiva estable por S&P).

Sin embargo, el riesgo de contagio significativo a otros países europeos es bastante limitado por tres razones principales:

• El importe de los préstamos morosos en el sector bancario italiano es de unos 400.000 millones de euros, pero se ha estabilizado en los últimos meses, lo que es más bien un signo positivo. De este total, sólo el 10% representa un riesgo real inmediato. Por otra parte, una parte significativa de los préstamos morosos está vinculada al muy mal hábito del sector público italiano de retrasar sistemáticamente los pagos a los proveedores.

• En caso de contagio europeo por la crisis política y bancaria de Italia, el Banco Central Europeo todavía tiene municiones con las que podría intervenir. El banco central puede decidir lanzar una operación específica de TLTRO para ayudar al sector financiero italiano o activar el programa OMT (en el peor de los casos).

• En los últimos años, la razón principal que explica la renuencia a comprar acciones bancarias europeas se ha relacionado con los bajos tipos de interés. Ahora que los rendimientos de los bonos soberanos están aumentando debido a las mayores expectativas de inflación, los inversores tienen una buena razón para comprar acciones bancarias. Esta nueva narrativa ciertamente los hace más resistentes a los riesgos italianos que hace unos meses.

De hecho, el problema de los bancos italianos es sólo el más visible de las muchas cuestiones en marcha. Italia prácticamente ha vegetado durante más de veinte años. A pesar del apoyo popular que disfrutó Renzi cuando asumió el cargo, no logró revertir la tendencia a la baja económica, que alimentó al populismo.

Una sola cifra muestra la magnitud del trágico fracaso económico de Italia: a un precio constante, el PIB del país no ha aumentado ni un ápice en los últimos quince años. ¡Quince años de crecimiento cero!

Los problemas del sector bancario serán resueltos, sin duda, pero volverán a surgir tarde o temprano si el país no logra un mayor crecimiento.