El terror quiere mostrar dinamismo, producir pánico, inseguridad y estremecer nuestra propia civilización para conseguir un objetivo crear un mundo de totalitarismo, basado en enfrentar naciones contra naciones y arruinar los principios básicos de convivencia mutua.
Un nuevo espectáculo hilarante reúne la crueldad de personajes aislado sin saber con seguridad su procedencia, habita, incluso sorprendentes disfraces, de supuesta religiosidad, pertenencia a dudosas ideas políticas y confinadas en una manipulación muy bien elaborada. Esta espiral aparece en círculos –marginalidad, aislamiento y redes delictivas – cada vez más acentuadas, en los diversos mercados del tráfico de seres humanos.
La Ciencia Política y la Sociología a través de la epistemología, es capaz, de estudiar los movimientos sociales, los procesos de radicalización urbano, local, como la influencia de las nuevas tecnologías, para producir adeptos a una causa, que es irracional totalmente.
Posiblemente vivamos unas nuevas formas de guerras, donde el enemigo aislado, provoca la pérdida de vidas humanas y nos hace vivir más peligrosamente en fenómenos cada más acentuados en una escalada global.
Es importante (que) el bien, sea una necesidad para avanzar, en nuestras aspiraciones de mejorar la vida humana y que el terror es un problema de la mente humana, no desarrollada, para invertir en una vida en que la paz sea el fin.