No obstante, la presidenta Tsai ha lamentado que Pekín esté volviendo “al viejo recurso de dividir, coaccionar e incluso amenazar e intimidar a Taiwán”, y ha asegurado que Taiwán ni se inclinará “ante la presión” ni tampoco volverá “al viejo camino de la confrontación”.
La mejora de los lazos a través del Estrecho durante el próximo año va a depender, según Tsai, de la “paciencia y resolución” por parte de Taiwán, pero también de si Pekín está dispuesto a asumir su parte de responsabilidad.
Poniendo especial importancia en los asuntos tanto económicos como de política exterior, la presidenta ha subrayado su determinación por adaptarse a las circunstancias internacionales cambiantes y mantener la paz y la estabilidad. “En medio de estos cambios - ha añadido - también debemos encontrar oportunidades para desempeñar un papel más proactivo en la seguridad regional, la economía y el comercio”.
Recordando la importancia de promover la “nueva política hacia el sur”, Tsai ha asegurado que el país emprenderá más intercambios e interacciones con los países del sudeste asiático, la India, Nueva Zelanda y Australia. Y al mismo tiempo, continuará con el diálogo en curso con importantes naciones y regiones comerciales, como son los Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, todo ello con el objetivo de buscar el beneficio mutuo y revitalizar la economía de Taiwán.
En materia de asuntos exteriores, Tsai se ha reafirmado en el concepto de “diplomacia firme” a través de la “asistencia mutua” para alcanzar “beneficios mutuos”, ampliando la cooperación a todos los niveles para fortalecer las relaciones sustantivas de Taiwán con otros países. En este sentido se ha referido a su primera visita de 2017 a cuatro países aliados centroamericanos, de la que ha asegurado que servirá para “consolidar los lazos de amistad”.