El oro como el escudo contra la inflación
Que el oro haya sido utilizado durante siglos enteros como el principal patrón de intercambio no es casualidad. Como materia prima, el metal precioso cuenta con todas las propiedades que se le pueden exigir a una reserva de valor. Veamos qué implica eso:
El material se encuentra en múltiples formas, pero las principales son las monedas de oro y los lingotes de oro. Pero, antes de seguir explicando las ventajas del mismo, resulta imprescindible saber dónde encontrar buena información sobre el precio del oro.
Que el metal precioso más famoso del mundo se haya convertido en lo más demandado por inversores no es casualidad. Como única moneda global que existe, el oro supone un seguro de vida excelente. A prueba de inflación, tus ahorros estarán con él a salvo.
No hay más que ver los picos en su cotización que generan los eventos traumáticos a nivel social y económico. Por ejemplo, con el Brexit, el metal alcanzó máximos de tres años. La gente, en tiempos de incertidumbre, busca la seguridad que da el oro.
Asimismo, si miramos la Historia con la suficiente perspectiva, no es difícil identificar un patrón inequívoco. En tiempos de crisis o de guerra, la demanda de oro se dispara. No es casualidad, la gente siempre busca el mejor medio para poner a salvo su patrimonio.
A nivel empírico, no cabe duda de que el oro es una reserva de valor de primer orden. La demanda constante que lo respalda le protege de la inflación y la consecuente devaluación de las divisas. A la larga, ahorrar en dólares o euros es perder dinero.
No es difícil realizar el experimento mental de recordar el precio de cualquier producto cuando nuestros padres o abuelos eran jóvenes. Las monedas pierden valor día tras día. Mientras tanto, el oro se mantiene fuerte y seguro. Sin devaluarse con la inflación.
Todo ello no hace sino reafirmar la aseveración inicial. Para proteger tus ahorros y tu patrimonio de la inflación, el oro es la mejor solución. No dejes que los frutos de largas jornadas de trabajo se te escapen de las manos. Comprar oro es apostar sobre seguro.
El oro como inversión financiera
Cabe destacar, por supuesto, el potencial del oro como commodity o materia prima. Desde el plano financiero, sus posibilidades son enormes, y décadas de datos bursátiles refrendan tal aseveración.
Como bien recoge Andorrano Joyería en su web, el atractivo del metal dorado es enorme. No hablamos sólo de una garantía segura de rentabilidad, sino de una opción muy superior a la inmensa mayoría de productos financieros.
Precisamente por ello, no son pocos los datos que pueden ofrecerse al respecto. Aunque debe aclararse que el oro, tradicional y actualmente, es una inversión a largo plazo. Hablamos de periodos de varios años. Y el momento de compra es crucial.
De hecho, saber cuándo comprar es tan importante como saber qué comprar. Ya hemos explicado que sus cualidades como reserva de valor se reflejan en los aumentos de demanda en tiempos de incertidumbre. Comprar caro nunca es conveniente.
Teniendo en cuenta lo anterior, sólo hay que ampliar el prisma desde el que se mira para percibir el enorme significado de lo que comentábamos. Por ejemplo, mirando a diez años vista, nos encontramos con una rentabilidad de más del 140%. Espectacular.
Asimismo, si le sumamos un lustro más al anterior periodo, las cifras mejoran exponencialmente. A quince años, la rentabilidad asciende a casi el 280%. Los datos son demoledores. Cualquiera puede entender con ellos por qué despierta tanto interés.
A todo lo anterior debe añadírsele una cualidad intrínseca del metal precioso en cuestión: Su fácil divisibilidad. Sin ella, el oro no podría haber servido como moneda en tantos países diferentes durante tantos años. Y sigue preservándola.
Gracias a tal propiedad, es posible adquirir cantidades de oro de muy diferente valía. Cualquier inversor, independientemente de su capital, podrá hacerse con unas cuantas monedas si lo desea. Para los más pudientes, hay lingotes disponibles.
Psicológicamente, resulta mucho más tranquilizador poder contar con reservas físicas y palpables de los ahorros. Por ello, además de por su ya referenciada rentabilidad, el oro sobresale entre otros productos financieros, como las acciones y los bonos estatales.
Como habrás podido ver a lo largo del texto, el potencial del oro como inversión especulativa y reserva de valor es tremendo. Los datos bursátiles y la historia así lo refrendan. En unos años, todos desearán haberse puesto a invertir hoy mismo.