1- Se puede contar con una buena compañía que nos respalde (como este seguro de moto) si se emplea un comparador. Es muy sencillo y todo se realiza a través de una plataforma online. Lo único que hace falta es elegir el tipo de marca que tiene la moto en cuestión, el modelo, la versión, indicar los años que tiene (en el caso de no ser nueva) y unos breves datos sobre la persona que la va a conducir. Además de esto, se habrá de optar por el tipo de seguro que interese (es decir: a todo riesgo, a terceros, a terceros con asistencia, seguro de robo con incendio... en función del uso que se le vaya a dar y, sobretodo, del tipo de moto y los años que ésta tenga) Con esto, sólo queda esperar unos segundos y aparecerán todas las opciones posibles para poder elegir, de la manera más sencilla y cómoda, la opción más acertada en cada caso.
2- Llevar a cabo cursos de seguridad de motos y conducción. Es una buena manera de presentar a la aseguradora nuestro buen hacer al volante de una motocicleta con el fin de que ofrezcan algún tipo de descuento en la póliza.
3- Ofertas y promociones. Habrás podido comprobar que una misma aseguradora, ofreciendo unas mismas coberturas, no siempre cuenta con los mismos precios. Si puedes, un buen consejo es que revises aquellas que tienen planes de lanzamiento u ofertas para los nuevos asociados (suelen durar un tiempo determinado, pero ya es un dinero que se ahorra) Los meses de otoño e invierno es cuando menos ventas de motos se hacen y, por este motivo, es cuando las aseguradoras suelen lanzar sus promociones.
4- Tómate un tiempo antes de renovar. Una vez más, la clave estará en comparar. Si ya tienes una póliza contratada y va todo sobre ruedas no hay mucho que hacer, pero si consideras que con el uso que estás dando, tus pocos (o ningún parte) y tu experiencia te mereces un precio mejor, opta por echar mano del comparador y no renueves sin más.
5- Contrata sólo lo que de verdad necesites. En el caso de ser una moto de alta gama y cilindrada, lo mejor es incluir franquicia. Pero si se trata de una moto de segunda mano, con unos años y que se va a emplear muy de vez en cuando, no es necesario un seguro muy amplio, basta con el de terceros para estar tranquilos.