Sociedad

Las relaciones en tiempos de apps

UTOPÍAS ROMÁNTICAS

· Al menos un 60% de la población española utiliza alguna de las miles de app para buscar pareja que existen hoy en el mercado

Redacción | Martes 28 de febrero de 2017
El número de solteros en España no deja de crecer. Al menos así lo demuestra el último estudio estadístico del Instituto Nacional de Estadística (INE): en 2015, España registró más de cuatro millones de hogares unipersonales. Esto es, más de la décima parte de los españoles vive solo y no tiene ningún compromiso. Y la tendencia no parece que vaya a remitir según los expertos en sociología. Frente a esta supremacía del individualismo, asistimos a una interesante paradoja. Los españoles somos líderes en cuanto a la penetración del uso de teléfonos inteligentes. Más del 80% de la población tiene un móvil con conexión a Internet. Es más, ya hay más líneas de datos contratadas que habitantes.

Internet favorece un ritmo vital frenético, donde no hay tiempo para ir al supermercado físico - porque ya lo tenemos en la palma de nuestra mano–, no hace falta ir a una tienda a disfrutar de una tarde de compras porque puedes hacerlo sentado cómodamente en tu sofá por la noche después de un largo día de trabajo.

¿Y las relaciones? Las relaciones sentimentales también están viviendo un desenfreno temporal marcado por la influencia de la tecnología. Las relaciones humanas evolucionan según se van transformando las sociedades. Del amor romántico surgido de unas noches de fiesta, a decidir con un simple movimiento de dedo si vamos a conocer a una persona o no. El marketing del mercado del amor también se adapta a los nuevos tiempos donde la tecnología es protagonista de más del 80 por ciento de nuestro día a día.

Utopías románticas

En el siglo XIX, las sociedades occidentales asistieron a un resurgir del espíritu romántico del amor cortés y los amores prohibidos. Los grandes románticos ya mostraban entonces ciertas licencias de corte erótico, siempre supeditadas a las buenas costumbres y la ética y la moral (cristianas, mayoritariamente) predominante. Bécquer, Zorrilla, Lord Byron, o Las amistades peligrosas, marcaron un hito en el romanticismo más idealizado y la consumación más práctica.

En los primeros años veinte, ya en España, vivimos la primera liberación de la mujer allá por los años 30. El divorcio fue legalizado y las relaciones sentimentales se adaptaron a esos nuevos tiempos. Hasta más de 40 años después, este elemento de configuración social no volvió a la legalidad. En ese instante, los cambios en el paradigma de la familia unida dieron paso a las familias donde el individuo cobra protagonismo frente al núcleo familiar.

Larga vida a las páginas de citas

Llegaron los años finales del siglo y los primeros pasos en la nueva centuria. Y con ellos, la explosión de la World Wide Web. Las primeras páginas de contactos como Meetic, Match o eDarling comenzaron en los primeros años dos mil. Las predecesoras fueron primigenias páginas de citas, sitios web con poco o ningún criterio estético, mucha publicidad y grandes eslóganes como 'busca tu cita esta noche' que aparecían hasta en el arcaico teletexto. En la actualidad, páginas como http://www.polvete.es y otras plataformas de dating generan millones de ingresos a los grandes concentrados de páginas de contacto. La base para el futuro inmediato estaba constituido.

Y llegaron las aplicaciones

Las páginas de citas nunca consiguieron, ni han superado, cierto estigma social. Sin embargo, los datos son claros: al menos un 60% de la población española utiliza alguna de las miles de app para buscar pareja que existen hoy en el mercado. Encontrar pareja en Internet ha dejado de ser un área exclusiva para freaks, a ser la normalidad en muchos individuos que desean encontrar pareja. En muchos casos arrastrados por un grupo de amigos que también hace uso de ellas o bien porque la moda está ahí, y siente curiosidad de saber cómo se desarrollan en estos nuevos campos las relaciones sentimentales.

Defensores y detractores

Precisamente en esta vertiente radican parte de los argumentos de los defensores de estos nuevos canales para establecer relaciones personales con personas totalmente desconocidas. Las habilidades sociales se adaptan a los medios en los que se desarrolla la sociedad en la que vive. Si ya no hay tiempo para dedicar a encontrar pareja, ¿por qué no utilizar la tecnología para ayudarnos?

Por su parte, los detractores de esta tendencia sentimental virtual, insisten en que estas plataformas generan relaciones superficiales, basadas en el conocido como sexdating: quedar con una persona a través de cualquiera de las aplicaciones de contactos para mantener una relación rápida y sin mayor profundidad sentimental.